ANÁLISIS SITUACIONAL
EDITORIAL OSCAR SCHEMEL
10 ABRIL 2024
La campaña electoral presidencial se inicia con una sólida ventaja del Presidente Nicolás Maduro y del Chavismo. La correlación de fuerzas electoral, social y cultural es ampliamente favorable a la Revolución.
34% de los venezolanos simpatiza con el PSUV mientras los partidos de oposición reciben el respaldo de apenas 10% de los electores.
El liderazgo del Presidente Maduro no despierta emociones extremistas en contra o a favor. Su gestión recibe valoraciones positivas, más allá del chavismo, por su esfuerzo constante para superar la crisis y derrotar las prácticas insurreccionales, atentados y saboteos. Sus seguidores opinan que puede hacer mucho más.
Por su parte, el Chavismo se ha convertido en una comunidad emocional, en una identidad social y en una cultura política. Se mantiene unido, cohesionado y movilizado, sobre todo cuando se aproximan elecciones.
Por el contrario, hoy la oposición luce más dividida que nunca, con 12 candidatos presidenciales, sin narrativas competitivas ni oferta de futuro, sin verdadero apoyo popular, con liderazgos efímeros que solo estimulan emociones negativas transitorias, como la rabia y el odio.
79% de los venezolanos se siente ESPERANZADO y 69% OPTIMISTA. La mayoría apuesta al futuro, a los consensos, al cese de la polarización radical y conflictiva, busca soluciones y certezas. Las expectativas positivas forman parte de nuestra manera de ver la vida.
Frente a una “vuelta atrás”, caracterizada por la confrontación y la venganza, los venezolanos apuestan por un mejor futuro, por una calidad de vida superior.
La elección presidencial del próximo 28 de Julio no será una batalla entre bandos extremistas, sino entre emociones positivas, intereses y conveniencias. La clave no es el cambio, sino la alternativa.