Histórico acuerdo de paz pone fin al conflicto Israel-Hamás

Tras dos años de hostilidades en Gaza y Cisjordania, representantes de Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de cese al fuego y liberación de prisioneros, mediado por una amplia coalición internacional encabezada por Egipto, Turquía y Estados Unidos.


El pacto, firmado el 13 de octubre de 2025, busca establecer las bases de una transición política y humanitaria en la Franja de Gaza, abriendo la posibilidad de una nueva fase de estabilidad en Oriente Medio.

La ceremonia simbólica se realizó en Sharm el-Sheij (Egipto), con la presencia de líderes de más de veinte países.
Aunque Donald Trump participó como facilitador del proceso, el protagonismo recayó principalmente en los gobiernos de Egipto y Turquía, que durante meses impulsaron las conversaciones indirectas entre las partes enfrentadas.

La comunidad internacional valoró el avance como un gesto pragmático, más que político, centrado en aliviar la crisis humanitaria y reducir la escalada militar que ha devastado la región desde 2023.

Principales puntos del acuerdo

La primera fase del acuerdo contempla un alto al fuego inmediato y la suspensión total de operaciones militares. Entre las medidas iniciales:

  • Liberación de los últimos 20 rehenes israelíes con vida, además de la entrega de los cuerpos de 28 más.
  • Excarcelación de 2.000 prisioneros palestinos, incluyendo a varios condenados por delitos relacionados con el conflicto.
  • Retirada parcial del ejército israelí de Gaza, replegándose a una línea de seguridad previamente acordada.
  • Reapertura gradual de los pasos fronterizos y envío de ayuda humanitaria bajo supervisión internacional.

Estas acciones marcan el inicio de una transición política supervisada por una comisión internacional conformada por representantes de la ONU, Egipto, Catar y Estados Unidos.


Transición y desafíos

El acuerdo establece la creación de una autoridad administrativa provisional en Gaza, integrada por tecnócratas palestinos y observadores internacionales.
También prevé un plan de reconstrucción con participación de agencias de desarrollo y la reactivación de infraestructuras básicas como energía, salud y educación.

Sin embargo, persisten temas sensibles aún sin resolver:

  • El desarme total de las facciones armadas palestinas.
  • El estatus político futuro de Gaza y su relación con Cisjordania.
  • La garantía de seguridad para la población civil y la reintegración de los refugiados.

Analistas regionales advierten que el éxito del acuerdo dependerá de su cumplimiento efectivo y de la voluntad de ambas partes de sostener el diálogo.


Reacciones y perspectivas

Las reacciones iniciales han sido cautelosas.
En Israel, sectores políticos moderados celebran el fin de las hostilidades, mientras que grupos más conservadores critican las concesiones realizadas.
En Palestina, el anuncio fue recibido con expectativa y desconfianza, ante el temor de que el acuerdo no aborde las causas estructurales del conflicto.

Para la comunidad internacional, el pacto representa una oportunidad frágil pero real de avanzar hacia una paz sostenible, si logra mantenerse la cooperación regional y la ayuda humanitaria fluida hacia Gaza.


Conclusión

Más allá de los gestos diplomáticos, el acuerdo entre Israel y Hamás refleja un cambio en las correlaciones de fuerza y en las prioridades de los actores regionales.
El equilibrio entre seguridad, soberanía y reconstrucción será determinante para el futuro de Gaza y la estabilidad de todo Oriente Medio.

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