Abdala, ¿vacunarse o no?

La vacuna de origen cubano Abdala llegó a Venezuela y se encendió la polémica. 

La Academia Nacional de Medicina del país expresó en un comunicado su preocupación ante la introducción en la población de “productos de dudosa credibilidad científica”, mientras que una noticia falsa indicaba alertas por parte de 6 investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) sobre la falta de autorización de reguladores mundiales. 

Ni la institución ni los investigadores IVIC que habrían actuado a título personal expresaron en sus comunicados, argumentos científicos que sirvan de evidencia para desmentir la eficacia comprobada del 92,28 % que tiene Abdala con su esquema de 3 dosis para combatir la Covid 19, ni aclaran que Abdala alcanza los requisitos exigidos por la Organización Mundial de la Salud.

Tampoco se menciona que Cuba trabaja cónsona con autoridades de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La máxima autoridad de ese organismo en Cuba, José Moya, habló sobre la solidez de la autoridad reguladora como una garantía de que las vacunas cubanas contra la Covid-19 serán de buena calidad, pues el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, CECMED, labora desde hace años con la OPS y es considerado uno de los ocho centros de referencia y de más alto nivel en la región. 

Cuba tiene en desarrollo cinco candidatos vacunales contra la Covid-19: Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa (administrada mediante un spray nasal).  

Según autoridades sanitarias cubanas, una vez publicados los datos de los ensayos en revistas científicas (The Lancet» tituló su artículo: «Detrás de la exitosa respuesta pandémica de Cuba») y con el expediente en mano, solicitarán a la OMS la precalificación y validación de sus vacunas.  

La experiencia cubana haciendo vacunas

La pandemia representa una enorme ventana de oportunidad para Cuba porque le permite mostrar todo lo que consiguieron con la industria de la biotecnología, formada por 38 instituciones de investigación y fabricantes entre ellas BioCubaFarma, como respuesta a más de 60 años de bloqueo que les aplica Estados Unidos. Este conglomerado de empresas produce 525 medicamentos de los 849 del Cuadro Básico de Medicamentos del Ministerio de Salud Pública, cuenta con 802 registros sanitarios en el exterior y exporta sus productos a 48 países. 

Cuba al igual que Irán, ante su condición de país bloqueado, tuvo que salir a fabricar sus medicamentos: logró los mencionados 5 candidatos vacunales anti covid, producen PPG contra el hígado graso, Interferón que se usa también contra el coronavirus, la vacuna contra el cáncer de pulmón, la vacuna para prevenir el Alzheimer, etcétera. Entre otros hitos, mencionamos que ya en 1989, en La Habana, se desarrolló una vacuna contra meningococo B y C, la primera en el mundo, eficaz contra el meningococo del serogrupo B. Su eficacia de 83% se demostró en un estudio de campo prospectivo a doble ciegas, aleatorizado, contra placebo y en su producción se empleó por primera vez la tecnología vesicular o proteoliposómica.

No sólo se usa en Cuba. En América Latina se administraron más de 60 millones de dosis.  

Con esa experiencia adquirida, Cuba apostó todo a sus vacunas y por ello no participó en el mecanismo Covax de la OMS ni las compró en el mercado internacional. Y, si bien tiene un acumulado de más de 175.000 casos y más de 1.600 fallecidos desde que comenzó la pandemia, ya logró inmunizar a más de un millón de cubanos vacunados con las 3 dosis de Abdala o Soberana. Asimismo, más de dos millones 696 mil recibieron al menos una dosis de los productos, y la segunda ya se les aplicó a un millón 973 mil 744 voluntarios.

Abdala llegó para quedarse en Venezuela 

Las autoridades de salud venezolanas no dieron mayor información sobre la introducción de Abdala en el proceso de vacunación. Aunque resaltaron su eficacia del 92,28 % e informaron la adquisición de 12 millones de dosis, no aparecieron datos técnicos específicos y el desconocimiento se convirtió en terreno fértil para las críticas en redes sociales.   

Si bien en Fuerte Tiuna se mantuvo un ritmo constante de vacunación con Abdala, en las redes sociales circularon voces adversas contra esta vacuna como ocurrió inicialmente con Sputnik V, usado para la tercera edad o Sinopharm, con la que se arrancó el plan de vacunación a los docentes de todo el país. 

Los medios de comunicación del país no replicaron las palabras de la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, quien exhortó a los países que tienen capacidad de producir vacunas, como México, Argentina, Brasil y Cuba, “a trabajar juntos, coordinar esfuerzos, hacer transferencia tecnológica, anteponiendo la solidaridad y el panamericanismo”. Tampoco se debaten los beneficios que da la alianza económica que incluso anunció la producción de la vacuna cubana en Venezuela, una decisión informada por la Vicepresidenta Ejecutiva Delcy Rodríguez el 07 de abril pasado. La acción permitiría abastecer el sector farmacéutico venezolano y hasta se habla la posibilidad de ponerla a disposición de otros países de la zona que esperan expectantes para cerrar acuerdos de compras. 

12 millones de dosis de Abdala, logradas con la experiencia cubana a la hora de producir sus medicamentos, permitirían a Venezuela acercarse al objetivo impuesto por el gobierno nacional de inmunizar al menos al 70 % de la población en septiembre próximo. Un logro que hasta ahora ni Rusia ni España han conseguido.  

Marcela Heredia

Articulos Relacionados