Desde hace una década la economía es la principal preocupación de los venezolanos. Han surgido renovados marcos de interpretación con relación al modelo económico, en el contexto del declive del rentismo petrolero y de las medidas coercitivas unilaterales que aplica Estados Unidos contra Venezuela.
No hay cambio en la economía o en la base material de la sociedad que no tenga una resonancia profunda en la reconfiguración del sentido común, los símbolos y las emociones.
INVERSIÓN, PRODUCCIÓN, EMPLEO, EMPRENDIMIENTO y también INGRESOS JUSTOS son las nuevas palabras que se suman al repertorio lingüístico del venezolano, con la misma fuerza que INCLUSIÓN, IGUALDAD, JUSTICIA Y HUMANISMO.
Y no olvidemos que pensamos con palabras.
3 de cada 4 electores venezolanos piensa que su futuro económico depende hoy más de su esfuerzo personal que de lo que haga el gobierno.
69% describe el actual modelo económico como una “MEZCLA” de socialismo y capitalismo. Y esa SÍNTESIS es respaldada por la mayoría.
61% de los venezolanos se inclina por hacer “más productivo y eficiente” el modelo socialista y es contrario a cambiarlo por un modelo capitalista.
67% opina que las empresas expropiadas deberían ser devueltas a sus dueños anteriores y 28% apoya convertirlas en empresas mixtas. Apenas 2% estaría de acuerdo con MÁS expropiaciones.
83% rechaza las sanciones económicas y financieras contra Venezuela y 90% opina que afectan a todos los venezolanos.
Hay una revalorización del impacto fundamental del sector privado en el desarrollo y en el bienestar social. Pero también la mayoría reconoce la importancia clave del Estado como conductor de la economía.
Ninguna fuerza social y política que se presente contraria a esta nueva visión de la economía tendrá la oportunidad de convertirse en una alternativa.