El gobierno de Ecuador, satélite de Estados Unidos en América Latina, sabe que pierde las elecciones y arrecia lo que ya muchos en el país y el continente consideran como un boicot electoral. Para conocer en qué hace foco el presidente ecuatoriano usemos este ejemplo: En la mañana del 20 de enero de este año, Lenin Moreno entregó 8.422 armas cortas a la Policía Nacional. En la tarde de ese mismo día, llegaron 8.000 vacunas al aeropuerto Mariscal Sucre.
Hinterlaces.net le presenta un resumen de lo que ocurre en la nación suramericana En 10 Tuits:
1. Realizado un simulacro electoral, el partido político Unión por la Esperanza del ex presidente Rafael Corrrea pide respeto de todas las garantías democráticas. Alianza País, organización partidista que acompaña a Moreno, obstaculiza el retorno de la opción política asociada con Correa al punto que el ex presidente ni puede ser mencionado en la campaña que intensifica por estos días. Andrés Arauz, ministro de Correa en 2015-2017 y ex Presidente del Banco Central de Ecuador entre el 20011-013 está claramente llamado a ser la referencia progresista.
2. Con todo el aparataje comunicacional público a su favor, Lenín Moreno no logra evitar que todas las encuestadoras aprobadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) den a Andrés Arauz, como ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales frente a Guillermo Lasso de la opción política CREO. La Revolución Ciudadana dejó su huella en el país y a Lasso le creen menos, a juzgar por los resultados de esas encuestas preelectorales.
3. En medio del derrumbe económico tras su gestión neoliberal, Moreno tuvo que ir en persona y en plena pandemia a Washington para pedir oxígeno financiero. Anunció que usará la misma táctica que el presidente venezolano Nicolás Maduro: entregará bonos para hacer llegar ayuda económica a más de 1.5 millones de familias. Más de seis millones de ecuatorianos, o 1/3 de la población, recibirá bonos al estilo Carnet de la Patria. Se entregará un Bono de Alivio al Desempleo de $500 a 570.000 familias y en dos fases adicionales, el Bono de Protección Familiar a 480.000 familias. Moreno, aliado acérrimo de Estados Unidos, aplica en su país lo mismo que hace Venezuela, país bloqueado por Estados Unidos.
4. De la llegada de la vacuna a Ecuador sólo se sabe que no está garantizada la inmunización gratuita de la población. Solamente hay 8.000 dosis fabricadas por Pfizer. Tampoco dan seguridad (las autoridades nacionales) a las vacunas que tienen en su poder. Enviaron a Cuenca 108 dosis a un hospital para el personal médico que está en primera línea ante el COVID y llegaron sólo 13.
5. El Defensor del Pueblo, Freddy Carrión, indicó que hay un «conflicto de intereses» por las vacunas. Y para peor, con 121 votos afirmativos, sin votos negativos, y cuatro abstenciones, el pleno de la Asamblea Nacional resolvió el 27 de este mes exigir la destitución del ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos: Publicaciones apuntan a que familiares del ministro, residentes en un centro privado para personas mayores, fueron vacunados el fin de semana con dosis procedentes del hospital Pablo Arturo Suárez. Eso de vacunarse primero usando influencias y desvíos ilegales, los caminos verdes, el «palanqueo» como le dicen los ecuatorianos cala hondo en autoridades del gabinete defendidos por el presidente lo que suma indignación en la población que tiene frescas las imágenes de compatriotas muriendo en Guayaquil por falta de oxígeno.
6. Lenín Moreno es el presidente con más baja aprobación ciudadana de los países de América. Lo indica el Ranking de Imagen Presidencial de América Latina que hizo la Fundación Directorio Legislativo, según el cual, el mandatario ecuatoriano solo tiene 11% de popularidad. Teniendo a Jair Bolsonaro y Sebastián Piñera como contendores, hay que hacer mérito para ganarse la «pole position».
7. Los múltiples casos de corrupción y violaciones a derechos humanos y la indolencia frente a los muertos por la COVID-19 fundirán en la nada la carrera política de un hombre que nació cobijado en la traición a Rafael Correa. Con Guillermo Lasso, que actúa como paraguas protector y abrecaminos, Lenín Moreno deja como herencia una economía endeudada por encima de los montos límites que estipula la Constitución y con fuertes desequilibrios fiscales. Arrullado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, el presidente ecuatoriano eligió blindarse en Estados Unidos.
8. Mientras los ejércitos de Perú y Ecuador coordinaron un operativo en territorio peruano para impedir a punta de tiros, el ingreso de migrantes especialmente de venezolanos, OEA no emite una palabra sobre ningún ítem, hecho y/o circunstancia relacionada con derechos humanos. Washington sigue presente en la linea de decisiones del gobierno actual. Lasso insiste con la tesitura que «no hay que ser como Venezuela» aunque tiene claro que es un cadáver politico.
9. Guillermo Lasso, segundo en la lista de encuestas de intención de voto para las próximas elecciones generales, es el autor de la tristemente célebre frase: trabajar con los pobres es perder dinero. Según Pablo Iturralde, director del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES) en la Asamblea Nacional, en este período gubernamental actual, se legisló el 87 % de las leyes a favor de los grupos económicos de poder, en connivencia entre el partido de Gobierno Alianza PAÍS de Lenín Moreno y el partido CREO, de Lasso. Lo que implementaron según Iturrralde, fue un modelo que le dio muchísima más dependencia al Gobierno de la banca privada y de los acreedores privados, con una serie de reformas al régimen monetario, que entregó, poco a poco, más control a la banca privada.
10. «Descorreizar » Ecuador fue la máxima aspiración del gobierno actual. Al 26 de enero del 2021, no se publicaron los datos de desempleo, pobreza, desigualdad y en el Instituto nacional de Estadísticas de Ecuador, INEC, no hay nadie. Su ex director, Diego Andrade, renunció al cargo. La deflación y el desempleo son mochilas que ningún funcionario quiere cargar.
El 7 de febrero veremos qué propuesta acogen los 13 millones de ecuatorianos llamados a votar. Sabremos si lo harán por el Correísmo que disminuyó la tasa de pobreza en 38% y la pobreza extrema un 47%. La desigualdad que cayó de manera sustancial, medida con el coeficiente de Gini (del 0,55 al 0,47) o mediante la ratio entre el 10% más rico y el 10% más pobre en la distribución de la renta (de 36 a 25, hasta 2012). También el gobierno de Rafael Correa duplicó la inversión social, en porcentaje del PIB, del 4,3% en 2006 al 8,6% en 2016 y la inversión pública en servicios de salud específicamente, se duplicó en porcentaje del PIB entre 2006 y 2016. Un enfoque que en pandemia y sin vacunas a la vista, es importante para los ciudadanos.
O sabremos si apuestan al vínculo actual entreguista abierto con Washington y los actuales resultados de gestión de Lenín Moreno abrocados por el banquero guayaquileño Enrique Lasso. Una decisión que parece simple pero que conlleva narrativas contrapuestas sobre cómo abordar y solucionar las necesidades de un pueblo en plena pandemia.
Marcela Heredia