A pesar de las dificultades económicas, ocasionadas principalmente por más de 930 medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, 55% de los venezolanos confía en que el presidente Nicolás Maduro pueda resolver aunque sea en parte los problemas económicos del país.
Por el contrario, 7 de cada 10 venezolanos NO CONFÍA en que la oposición pueda solucionarlos.
De la misma manera, 69% de los venezolanos describe el actual modelo productivo como una economía mixta que mezcla socialismo y capitalismo.
Y esa síntesis de socialismo y capitalismo es el modelo que respalda el 45% del país, mientras que 26% está más de acuerdo con un modelo socialista y 24% con un modelo capitalista.
63% simpatiza más con el “socialismo productivo” que con el “capitalismo”.
En este sentido, la decisión de la mayoría en las próximas elecciones presidenciales no estará basada en sentido de la alternancia o del cambio, sino en sentido de las alternativas.
La polarización que viene será un conflicto entre propuestas y paradigmas antagónicos, con relación a la economía.
Muy acertadamente, el presidente Maduro ha insistido en la necesidad de repolitizar a la sociedad venezolana para construir una nueva mayoría, convencido como está en que entramos en una nueva etapa del proceso revolucionario, lo que significa reimpulsar el sistema hegemónico.
Ha emergido una sociedad diferente, como consecuencia del proceso de maduración social y política iniciado hace más de 25 años, pero también como resultado del ocaso del modelo rentista petrolero, lo que obliga a entender las nuevas realidades culturales.
El nuevo modelo económico, productivo y socialista, se traduce también en un nuevo modelo lingüístico, simbólico y emocional.
Por tanto, es la economía y la cercanía, las redes y los vínculos, los datos y las emociones, los hechos y las palabras.