Hace unos días, la vice-presidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, informó que desde el año 2015, el país ha dejado de percibir más de 29 MIL MILLONES de dólares, cada año, sólo por concepto de ingresos petroleros, como consecuencia de más de 930 medidas coercitivas aplicadas por Estados Unidos.
Desde el año 2015 el total de pérdidas ha sido de más de 232 mil millones de dólares, lo que representó en su momento el 99% del total de nuestras entradas en divisas.
La Vice Presidenta demostró que este bloqueo contra la industria petrolera nacional ha ocasionado incalculables daños materiales y dolorosas pérdidas humanas, así como también graves estragos en nuestra infraestructura y los servicios públicos, en detrimento de nuestro proceso de desarrollo.
En conclusión, las medidas contra Venezuela han tenido el mismo efecto destructivo de un bombardeo militar.
Según Hinterlaces, 89% de los venezolanos rechaza las sanciones.
Nuestro país es víctima de un despiadado y criminal plan de guerra. No se trata solo de las incontables injerencias en nuestros asuntos internos, sino de verdaderos ataques a nuestra soberanía, como por ejemplo la ocupación de nuestra embajada, el embargo de nuestros recursos, la confiscación del oro o el respaldo a la subversión para derrocar al gobierno legítimo.
Por parte de Venezuela nunca ha habido agresión alguna contra ningún otro país.
Nunca aceptaríamos la instalación de bases militares que amenacen la seguridad de los Estados Unidos.
Somos una fuente segura y confiable de energía y otros recursos minerales para el mundo.
Tampoco formamos parte de ningún bloque geopolítico, solo el que nos corresponde como continente latinoamericano no alineado.
No ha habido expropiaciones ilegales de capitales extranjeros.
Somos un país promotor de la paz y del respeto internacional.
No somos una amenaza.
Los venezolanos estamos a favor del diálogo y las negociaciones.
En Venezuela no existe inestabilidad social ni conflicto interno. No está en peligro la democracia. Hay consensos amplios sobre los temas fundamentales. Se acabó la polarización violenta que nos dividió. La subversión fue derrotada.
El verdadero conflicto entre Estados Unidos y Venezuela es GEOPOLÍTICO. Por tanto involucra y compromete a toda la nación y a todos los venezolanos.