Cada vez que la oposición venezolana ha desempeñado su rol opositor dentro de los cauces democráticos, ha obtenido victorias importantes y algunas derrotas, como es natural, pues en una competencia se pierde o se gana. Pero cuando se han dejado tentar por la inmediatez, por los atajos y se han salido del camino constitucional, no sólo han tenido grandes derrotas (si acaso alguna victoria cerrada), sino que han causado graves problemas a la población, como los inconvenientes causados a las comunidades con los llamados trancazos y plantones de 2014 y 2017, que degeneraban en violencia y que no eran más que un secuestro de los habitantes, que terminaron rechazando tal acción.
En septiembre de 2018, el secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, destacó en unas declaraciones públicas ante la militancia de su partido la necesidad de que el cambio político en Venezuela se hiciese por los mecanismos democráticos y «luchando por tener un proceso electoral confiable» donde los ciudadanos puedan expresarse libremente.
En tal sentido, dijo Ramos Allup que deben continuar la lucha para lograr las condiciones electorales necesarias para ir a un proceso comicial, hecho que es respaldado por «la mayoría de los venezolanos, los partidos políticos y la comunidad internacional». Por ende, descartó la salida a través de una intervención militar o guerra civil porque a su juicio «es lo que quiere el Gobierno».
Y remató diciendo: «lo que no puedo entender -y quiero atribuirlo a una equivocación- es que hayan algunos que piensen que esto se resuelva a punta de tiros y guerra civil. Eso no lo entiendo».
Opiniones hacia la senda democrática
Claudio Fermín, sociólogo y profesor universitario, ex candidato presidencial por el partido Acción Democrática, ex alcalde de Caracas y actual presidente del partido opositor “Soluciones para Venezuela” escribió en su cuenta Twitter el pasado 16 de febrero “creemos en el diálogo, en las aproximaciones y acuerdos, en los entendimientos y rectificaciones en beneficio de la recuperación de la economía y de las instituciones. Otros presionan por más conflictos y por guerra; promueven el odio y la venganza”. Su teoría se corresponde con su práctica, de hecho es uno de los miembros de la oposición en la Mesa de Diálogo Nacional.
Por su parte, la profesora universitaria Mercedes Malavé, quien había sido designada el 27 de marzo por la Asamblea Nacional Socialcristiana como cabeza de la nueva Junta Directiva del partido Socialcristiano Copei, al que renunció recientemente, declaró a Hinterlaces que “para nosotros la unidad de la oposición en torno a la estrategia electoral es fundamental”.
En ese sentido, se mostró partidaria, de darle fuerza a la participación electoral, mejorar las condiciones de esa participación con la idea de generar un clima de confianza en el sistema electoral venezolano. “Me parece que allí hay un núcleo político de centro-izquierda dispuestos a tender una mano a las aspiraciones democráticas del chavismo para traerlos a una vía de centro que nos permita entendernos y reconciliarnos como venezolanos. Yo le daría más seriedad a los esfuerzos que está haciendo esa Mesa de Diálogo”.
Por su parte, Enrique Ochoa Antich, defensor de los derechos humanos y exsecretario general del Movimiento el Socialismo, estima que el pueblo opositor, no sus élites, puede ser reagrupado alrededor de una opción claramente democrática que crea en el voto, en el diálogo, en la paz y en la defensa a ultranza de nuestra soberanía.
“Hay que retomar la ruta democrática. La ruta extremista sólo le ha dado a la oposición cárcel, exilio, inhabilitaciones, muerte, derrota y fracaso”, dijo.
Foco
Según una breve investigación realizada por el equipo de Hinterlaces.net encontramos, que en su andar por la senda democrática la oposición ha tenido la oportunidad de ser gobierno en los estados Zulia, Miranda, Carabobo, Bolívar, Anzoátegui, Táchira, Mérida, Nueva Esparta, Lara y la Alcaldía mayor, así como un número importante de alcaldías en todo el país, entre ellas las alcaldías de Baruta, Chacao, El Hatillo, y Sucre del Distrito Capital.
Por ejemplo en las llamadas “megaelecciones” del año 2000 la oposición conquistó siete gobernaciones; en los comicios municipales del 2008, obtuvo 5 gobernaciones; en 2012 se adjudicaron tres y en 2017 resultaron victoriosos en 5 estados, pero Juan Pablo Guanipa se dejó arrebatar el Zulia porque no quiso juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente. Las elecciones fueron repetidas y ganó el chavismo.
Asimismo, siempre en la ruta democrática, la oposición logró frenar y echar para atrás en 2007 la reforma constitucional que intentaba el presidente Hugo Chávez para modificar un bloque de artículos de la Constitución de 1999.
El CNE presentó la propuesta al pueblo en dos bloques de artículos, cada uno con las opciones «SÍ» y «NO» para reflejar la aceptación o negación del electorado ante la solicitud de reforma. El referendo se efectuó 2 de diciembre de 2007 y de acuerdo con los escrutinios del Poder Electoral los electores decidieron no admitir los cambios solicitados a la constitución en ninguno de los dos bloques presentados, rechazando así la propuesta. Esta se convirtió en la primera derrota electoral del chavismo, o lo que es lo mismo, la primera victoria de la oposición venezolana en las últimas dos décadas.
En 2013, tras la muerte del presidente Hugo Chávez, la oposición estuvo muy cerca de conseguir su segunda gran victoria. Las elecciones se realizaron el domingo 14 de abril de 2013. Las principales coaliciones que disputaban en la elección fueron el Gran Polo Patriótico (GPP), que respaldaba la elección de Nicolás Maduro; y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), representada por Henrique Capriles Radonski, del partido Primero Justicia, quien había sido electo en elecciones primarias de la MUD en de febrero de 2012.
Nicolás Maduro Maduro se alzó con la victoria al obtener 50.61 % de los sufragios (7.585.589 votos) contra el 49.12% de Capriles que representaron 7.363.980 votos.
Capriles arrasó con las gobernaciones del Zulia, Táchira, Mérida, Bolívar, Anzoátegui, Nueva Esparta, Lara y Miranda.
Otra gran victoria alcanzada por la oposición en Venezuela, en la senda constitucional, fue en los comicios legislativos de 2015, cuando, bajo tarjeta de la MUD, lograron 109 de los 167 asientos y además ganaron los tres diputados de la representación indígena, lo que les permitía el control del parlamento por primera vez en 16 años. El Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) obtuvo 55 diputados.
Los atajos, camino infructuoso
Los atajos parecen no haber funcionado para la oposición, o al menos no le han llevado a ningún destino. Entre otras cosas porque la mayoría del pueblo venezolano es un pueblo pacífico que no quiere violencia y no avala acciones de vandalismo, crímenes, terrorismo.
Su camino al margen de la Constitución ha causado confrontación y con ello, la muerte de centenares de personas (opositores, chavistas o simplemente transeúntes); una buena cantidad de detenidos (se estima que en algún momento la cantidad se acercó al millar; cuantiosos daños a estructuras, bienes públicos y privados; afectaciones a la producción de bienes y servicios; saqueos e incendios de negocios y empresas.
Eso sin hablar de las sanciones que hoy pesan sobre el país, que han contribuido en gran medida con la crisis económica actual y que recae en los hombros de cada venezolano. Estas acciones, emprendidas por el Gobierno de Estados Unidos, han sido solicitadas de manera pública y comunicacional, por funcionarios públicos venezolanos, en una estrategia que cada día tiene menos apoyo popular.
En la actualidad, la mesa de diálogo nacional ha convocado a buena parte de la dirigencia política del país y la oposición parece haber escogido de nuevo la senda democrática. La pelota está en el terreno de la oposición, que debe superar sus divisiones internas para lograr designar un nuevo Consejo Nacional Electoral desde la Asamblea Nacional. Nuestros sondeos más recientes y la experiencia transitada en 20 años indican, que este sector político no debería tomar más atajos.
Wilmer Poleo Zerpa