La semana pasada, el Presidente Maduro y la Primera Combatiente Cilia Flores visitaron la parroquia La Vega.
La CERCANÍA es el valor fundamental del liderazgo. La cercanía crea vínculos emocionales, pero también identitarios y políticos.
La cercanía va más allá de sentir al líder próximo o fácil de alcanzar. La “cercanía” genera emociones vigorosas pero también se convierte en gestión de gobierno.
La cercanía del líder brinda empoderamiento (“el Presidente está a mi lado”), conocimiento (“ve los problemas”), seguridad (“está conmigo, me protege”), me escucha (“me toma en cuenta”), adopta soluciones (“ordena lo que se debe hacer”), se compromete (“me mira a los ojos”), es humilde (“le ofrecí un café”), fortalece la identidad (“es como nosotros, viene de abajo”), brinda certezas (“tenemos esperanza”).
Esas emociones que van surgiendo, hay que transformarlas en imágenes y relatos, en posicionamiento del líder. Pero es un proceso que hay que dirigir y convertir en consciencia. Pensamos lo que sentimos y pensamos con palabras.
Los eventos fuertemente emocionales no son información, son narrativas y sentimientos, contribuyen a crear el clima emocional de una sociedad. Para que no se disuelvan, hay que anclar esas experiencias y relatos en la memoria y en el corazón.
El poderoso mundo digital es superficial, efímero y desorganizado. Pero no olvidemos que las redes son medios. Medios muy poderosos sin duda pero su eficiencia depende de la estrategia de contenidos. Los contenidos son los que construyen comunidades emocionales, identidad y marcos de interpretación.
Y en un mundo hiperdigitalizado, lo crucial será lo HUMANO.