Los mercados de predicción como Polymarket se han convertido en herramientas de referencia para analistas e inversionistas globales. En el caso de Venezuela, el contrato “Maduro out in 2025?” (“¿Saldrá Maduro en 2025?”) ha captado atención mediática y financiera, generando interpretaciones sobre la estabilidad política del país. Sin embargo, los datos muestran una tendencia clara que va más allá de la especulación inmediata.
Volatilidad inicial, estabilización posterior
De acuerdo con el registro histórico entre el 1 de enero y el 27 de septiembre de 2025, las probabilidades asignadas a una salida de Nicolás Maduro oscilaron entre un mínimo de 7,5% y máximo 32,5%, con un promedio de 16,1% en todo el período.
El punto más alto se alcanzó en los primeros meses del año, cuando tensiones internacionales —como incidentes en la frontera con Guyana y negociaciones diplomáticas con Washington, pero sobre todo acciones militares en el Caribe— alimentaron expectativas de cambio abrupto. Sin embargo, al avanzar el 2025, la tendencia se moderó y se estabilizó en torno al 15%, cayendo a 12,5% en su último registro (27 de septiembre).
Entre la narrativa externa y la realidad interna
Es importante subrayar que el mercado no mide dinámicas internas venezolanas, sino la percepción construida a partir del consenso de medios internacionales. En consecuencia, lo que refleja Polymarket es más un termómetro de la narrativa geopolítica sobre Venezuela que de la gobernabilidad efectiva en el país.
De hecho, la baja probabilidad asignada a un cambio en 2025 coincide con un escenario de estabilidad institucional, donde los llamados a intervención o ruptura abrupta no encuentran eco mayoritario en la población, como muestran encuestas recientes de Hinterlaces.
El impacto simbólico

Con un volumen de transacciones superior a 1,2 millones de dólares, este mercado no solo interesa a apostadores en criptomonedas. También se convierte en un referente mediático, proyectando hacia la opinión pública global la imagen de Venezuela como un caso de riesgo político permanente.
Este impacto simbólico es clave: aun cuando los datos apuntan a la permanencia del presidente Maduro en 2025, el solo hecho de que exista un mercado abierto sobre su salida alimenta narrativas de incertidumbre y presión internacional.
Conclusiones
El mercado “¿Saldrá Maduro en 2025?” de Polymarket confirma, incluso desde fuera de Venezuela, la fortaleza del liderazgo de Nicolás Maduro. La estabilización en niveles muy bajos de probabilidad de salida refleja que el mundo asume su permanencia en el poder más allá de coyunturas pasajeras. Lejos de ser una amenaza, estas apuestas internacionales terminan validando la estabilidad del gobierno bolivariano y su capacidad de resistir presiones externas, reafirmando que la continuidad de Maduro no solo es probable, sino la expectativa predominante en el escenario global.