¿Qué pasó con las candidaturas presidenciales en Venezuela?

Según la Ley Orgánica de Procesos Electorales, art 47:

“Únicamente tendrán derecho a postular candidatas y candidatos para los procesos electorales regulados en la presente ley, los siguientes:
1. Organizaciones con fines políticos
2. Los grupos de electores o electoras
3. Los ciudadanos o ciudadanas por iniciativa propia
4. Las comunidades u organizaciones indígenas”

1.  Por exigencia legal, las organizaciones con fines políticos y grupos de electores tienen a una persona responsable acreditada ante el CNE que posee la potestad única de formalizar la postulación de candidatos o candidatas para las elecciones.  Sólo ese responsable legal puede hacerlo. No cualquier militante, o cualquier persona !Mucho menos lo puede hacer el candidato solo, llenando datos en la web, como si se tratara de anotarse en una rifa!

2.  ‘Vente Venezuela’ no es un partido acreditado porque no ha llenado requisitos ante el CNE. De hecho, no ha participado en elección alguna hasta ahora. Sólo se presentó a unas muy cuestionadas primarias de la oposición en 2023, realizadas sin registro electoral y con el único arbitraje de la organización Súmate, de la cual la Sra. Machado es miembro fundadora.

Según lo que establece el art. 27 de la ley Orgánica de Partidos Políticos, cualquier organización política que no se presente a dos elecciones continuas queda cancelada y deberá renovar su habilitación. Le correspondía entonces a ‘Vente Venezuela’ hacer un nuevo registro presentando firmas de adhesión de al menos el 05 por ciento del registro electoral y haber constituido el partido en 12 entidades o regiones del país, trámites que no hizo.

Como ‘Vente Venezuela’ no es entonces un partido habilitado ante el CNE, tenía que llegar a consensos con las organizaciones debidamente habilitadas para esta elección presidencial 2024, en este caso: la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Fuerza Vecinal, con los que supuestamente tenía un pacto previo.

Lo que ocurrió es que, llegada la hora, estos partidos que sí estaban habilitados para participar en el proceso electoral y para inscribir candidatos, no le dieron su apoyo.

Por lo que se sabe, no aceptaron que la señora Machado designara “a dedo” a una candidata hasta ahora desconocida sólo porque le coincide en el nombre de pila bautismal, llamada Corina Yoris.

Literalmente sin tarjetas de apoyo, ambas Corinas podían tomar la tercera opción que establece la ley: la Iniciativa Propia.
Pero en este caso, según lo previsto en el art. 52 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, debían presentar ante el CNE firmas de respaldo correspondientes al 05 por ciento del último padrón electoral.

La pregunta es ¿por qué no lo hicieron, si tienen -como dicen- el apoyo de más de 2 millones de votantes en las primarias de la llamada Plataforma Unitaria 2023?

La respuesta es sencilla y debe llamar a la reflexión: porque en ese caso, como en todas las demás opciones, el CNE debe nombrar una Comisión verificadora que revise la legalidad y legitimidad de las firmas y las avale, tal como lo establece la misma ley orgánica.

En conclusión, la sra. Machado desde hace rato no tiene apoyo nacional y está perdiendo el apoyo internacional.

Su agenda nunca fue electoral, por eso desde el principio saboteó toda posibilidad de lograr una candidatura de consenso de la oposición.

Su verdadero plan es la violencia y su modus operandi hacer propaganda con una supuesta intención legítima de participar en elecciones, pero poner todas las trampas y trabas posibles para que se haga inviable la vía democrática y poder acusar al Gobierno de impedir su participación.

De esta manera logra sostener el manido relato de “la tiranía”, con el que sueña algún algún día concretar una invasión militar extranjera que logre sacar al chavismo de poder por la vía violenta, porque sabe que no lo conseguirá por la vía de los votos.

La narrativa se les cae a pedazos. Ayer -27 de marzo- su trampa discursiva hizo que las cancillerías de gobiernos vecinos protagonizaran un vergonzoso ridículo internacional y fuesen desmentidas incluso por sus propios compañeros políticos.

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