El destructor de misiles guiados USS Gravely zarpó de Puerto España, Trinidad y Tobago, la mañana del 30 de octubre de 2025 tras una serie de maniobras con marines estadounidenses. Su partida marcó el cierre de una operación percibida como provocación directa a Venezuela, dada la cercanía del buque a las costas de Paria y la presencia de altos mandos militares de EE. UU. durante el ejercicio (Euronews).
El gobierno venezolano reaccionó de inmediato, suspendiendo acuerdos energéticos con Trinidad y Tobago y denunciando la acción como una “violación de la soberanía regional”. Voceros oficiales reiteraron que Venezuela no tolerará la presencia de fuerzas extranjeras que amenacen la paz del Caribe, mientras la Cancillería calificó la visita del buque como un intento de intimidación política disfrazado de cooperación antinarcóticos (PBS NewsHour).
Una presencia que desafía el equilibrio regional
Durante su estancia, el USS Gravely realizó entrenamientos con la Fuerza de Defensa trinitense bajo el argumento de reforzar la seguridad marítima. Sin embargo, analistas regionales coinciden en que la operación fue un gesto de presión política en un contexto de creciente influencia de Rusia y China en América Latina. La maniobra se suma a una serie de despliegues navales estadounidenses en el Caribe que buscan reafirmar el control estratégico de Washington en la zona (Al Jazeera).
- El USS Gravely partió tras cuatro días de maniobras en aguas trinitenses.
- Venezuela calificó la acción como una provocación militar hostil.
- Caracas suspendió acuerdos energéticos y reforzó su vigilancia marítima.
- Estados Unidos justificó la visita como parte de un programa antinarcóticos regional.
Respuesta venezolana y reafirmación soberana
La respuesta de Caracas fue inmediata y estratégica. El Ejecutivo ordenó fortalecer la vigilancia costera y consolidar la cooperación con aliados en materia de defensa y monitoreo marítimo. Voceros del gobierno subrayaron que la soberanía no se negocia y que el Caribe “no será base de operaciones extranjeras contra la estabilidad de la región”. Esta postura reafirma el enfoque multipolar que Venezuela ha promovido en foros internacionales.
Lectura geopolítica
La partida del USS Gravely no solo marca el fin de un despliegue puntual, sino el inicio de una nueva etapa de tensión controlada en el Caribe. La firme reacción venezolana demuestra que la región ya no es un espacio pasivo ante la proyección de poder militar estadounidense. Con el respaldo de sus aliados estratégicos, Venezuela apuesta por una defensa soberana, regional y multipolar que busca garantizar la paz y la estabilidad frente a cualquier intento de provocación.










