OTAN-Rusia y multipolaridad

Rusia ha recurrido a las acciones bélicas en función de sus intereses y con el propósito de contener esa expansión estadounidense y de sus aliados.

Rusia ha tomado el camino que en diversas oportunidades y a lo largo de décadas ha utilizado Estados Unidos en función de garantizar sus intereses: la intervención y la guerra.

Luego de finalizada la Guerra Fría, EEUU recurrió a ese método con el fin de consolidar y ampliar sus fronteras de predominio económico y militar aprovechando su condición de vencedor, lo que le permitió crear por varios lustros un orden mundial unipolar.

En este marco se encuadran eventos como los bombardeos en la ex Yugoslavia, la invasión a Irak, lo ataques a Libia y la intervención en Siria y, sobre todo, la expansión y desplazamiento de la poderosa maquinaria militar de la OTAN hacia Rusia, que corresponde a lo que se conoce como “agresión estratégica”.

RUSIA

Por su parte, Rusia ha recurrido a las acciones bélicas en función de sus intereses y con el propósito de contener esa expansión estadounidense y de sus aliados. En Chechenia utilizó el método armado para enfrentar una fractura adicional a las ya ocurridas. Luego, en Georgia apeló al despliegue militar en Osetia del Sur y Abjasia. Y ahora en Ucrania, con el reconocimiento de Donetsk y Luhansk y la invasión de Ucrania.

CHINA

Luego de la caída del Muro de Berlín, la debilidad de Rusia era muy grande, por lo que no se firmaron auténticos tratados de seguridad entre vencedores y vencidos, sino declaraciones sobre asuntos relacionados con el sistema económico y político. En materia geopolítica solo se alcanzaron algunos compromisos, muchos de ellos informales.

Entretanto, con el paso del tiempo, Rusia, que había conservado poder nuclear, logra estabilizar y mejorar su situación y se constituye de hecho en un polo mundial. Simultáneamente, China tiene un impresionante desarrollo económico que por su dinamismo desafía el predominio estadounidense.

MULTIPOLARIDAD

Emerge así un esquema multipolar, pero el proceso no ha sido acompañado de acuerdos basados en la diplomacia. En lugar de nuevos equilibrios, se han generado grandes tensiones, como lo muestran los sucesos de Ucrania.

No es un conflicto de sistemas distintos, ya que en los tres referentes predomina la economía capitalista. Y, precisamente, es la naturaleza expansiva del capital la que genera los choques entre los Estados que condensan esos intereses. Las viejas rivalidades y tradiciones culturales sirven como soporte visible.

EEUU-VENEZUELA


Latinoamérica no ha alcanzado el peso suficiente para constituirse en un polo, pero pudiera aspirar a jugar un papel de importancia en el reordenamiento multipolar en curso. Sin embargo, la expansión militar estadounidense ha ido tan lejos que hasta incorporó a Colombia a la OTAN como socio global, creando un desequilibrio en la región.

En medio del torbellino del surgimiento de un nuevo esquema multipolar, se encuentra el conflicto EEUU-Venezuela. La razón de esta confrontación no es la pugna interna Gobierno-oposición, sino la separación de Venezuela del dispositivo geopolítico estadounidense, separación que no ha sido aceptada por Washington. Por esta separación Venezuela fue declarada en 2015 como una amenaza extraordinaria para la seguridad de EEUU, país que ha tomado medidas de bloqueo por medio de sanciones.

LA PAZ

Venezuela no es miembro del Tratado Interamericano Asistencia Recíproca (TIAR). Pero tampoco ha ingresado a otro tratado de seguridad, aunque pueda comprar armamentos a Rusia, Irán o China.

Siendo Rusia un aliado importante en el conflicto EEUU-Venezuela, se entiende que las simpatías del Gobierno se inclinen hacia Moscú. Pero no se tiene por qué adoptar una actitud beligerante, sino propiciar que el reordenamiento multipolar se realice por métodos pacíficos y diplomáticos.

COOPERACIÓN

En ese reordenamiento, Venezuela puede ocupar su espacio como país independiente. Es cierto, EEUU es reticente al establecimiento de la multipolaridad, porque quisiera conservar la supremacía de las últimas décadas. Pero ya el mundo es otro.

En una perspectiva mucho más amplia, hay que pensar en un futuro tratado con EEUU, validado internacionalmente, en el que ese país se comprometa al respeto te la soberanía de Venezuela y se establezcan relaciones de cooperación, al margen de la doctrina Monroe. Para eso, es decisivo cimentar el camino de la paz.

Del pulso mundial actual, lo importante y beneficioso para los países que no son potencias es que pueda consolidarse un equilibrio multipolar que sustituya definitivamente el esquema unipolar que emergió de la Guerra Fría.

Leopoldo Puchi/Cortesía El Universal

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