Brasil reingreso de forma “plena e inmediata” a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-CELAC- en medio de un renovado interés hacia América Latina con motivo de la guerra energética y alimentaria en el mundo.
Luego de 3 años de ausencia en el foro regional, el triunfo presidencial de Lula da Silva,y el triunfo de Petro en Colombia, avivan las expectativas sobre el reimpulso del mayor foro de integración regional independiente de los Estados Unidos.
Reimpulso de la agenda ambiental y económica
Creada el 3 de diciembre de 2011 esta comunidad de países de América Latina y el Caribe surge como una propuesta política, económica y social en una Latinoamérica diversa y desigual, cuyos enormes recursos energéticos la han hecho centro de golpes de Estado y actos desestabilizadores promovidos por Estados Unidos y países aliados.
No es gratuito que Brasil estrene su reingreso con una Declaración de la presidencia pro témpore de la CELAC rechazando los actos violentos y el asalto a las instituciones democráticas brasileras por parte de seguidores del ex presidente de ese país Jair Bolsonaro.
La reincorporación de Brasil fue aplaudida por las autoridades regionales y calificada por el gobierno argentino, que lleva la presidencia pro témpore, como un hecho que “agrega certidumbre y fortalece a la región”.
El bloque económico y político de casi 600 millones de habitantes, cuenta con importantes recursos hídricos, reservas petroleras, recursos agrícolas y las regiones de mayor biodiversidad del planeta.
El triunfo de López Obrador en México reanimó el espacio regional tras la convocatoria en 2021 a la VI Cumbre de la CELAC, en medio sin embargo de fuertes debates sobre su papel como alternativa o no a la Organización de Estados Americanos-OEA.
En 2020 el gobierno de Bolsonaro anunció su retiro del foro regional, tras criticar la supuesta “falta de resultados en la defensa de la democracia dando lugar a regímenes no democráticos como Venezuela Cuba y Nicaragua”. Bolsonaro se retiró también de la Unión de Naciones Suramericanas-UNASUR- en 2019 alegando que se trataba de una creación del ex presidente de Venezuela Hugo Chávez para ejercer el poder de la izquierda en la región.
La recuperación económica post COVID, una estrategia sanitaria regional, una agenda contra la corrupción, seguridad alimentaria, diálogo con socios extrarregionales, integración de infraestructura latinoamericana y caribeña, cooperación ambiental, y mejora de la situación y condición de las mujeres en los países miembros, forman parte de la agenda de la VII Cumbre de Presidentes de la CELAC a celebrarse en Argentina este 24 de Enero. La posibilidad de darle fuerza a los objetivos iniciales de la comunidad de materia económica, potenciar la propuesta de la creación de un mercado común, la unificación de bancos, empresas multinacionales, servicios e industrias para enfrentar “la crisis civilizatoria qué tiene el capitalismo y el imperialismo” son algunos de los desafíos de este mecanismo intergubernamental.
La reintegración de Brasil fortalece un mercado que está en la mira tanto de Estados Unidos y la comunidad europea, como de las economías emergentes de Rusia y China. El alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó que la U.E. es un socio singular y único para América Latina y el Caribe. El funcionario ha sostenido que la relación birregional se mantiene por debajo de su potencial. Esto a pesar de destacar que la Unión Europea es el primer contribuyente en materia de ayuda para el desarrollo en la región y con un volumen de inversión extranjera directa de casi 800 millones de euros, más del total de la inversión de la Unión Europea en China India. Japón y Rusia juntos. Hasta el año pasado la unión había negociado acuerdos de asociación política y de cooperación o comercio con 27 de los 33 países de América Latina y el Caribe.
Pero la CELAC no es solo un espacio de un gran potencial económico, consolidar su peso político regional y fuera del continente sigue siendo uno reto. El retorno de Brasil bajo el liderazgo de uno de los fundadores de la comunidad podría fortalecer el debate sobre las fortalezas de una institución lejana al poder de Washington y hacia posiciones aún más firmes ante las acciones unilaterales del gobierno de Estados Unidos.
Por su relación de dependencia con la economía global la CELAC se mueve en un convulso tablero internacional. Los altibajos de las monedas, la crisis inflacionaria, la segmentación económica, desafían la idea del mercado común. Al impacto de la pandemia y en consecuencia la desaceleración económica y el crecimiento de la pobreza extrema en casi un 14% en toda la región se suma la confrontación entre Rusia, China y Estados Unidos y sus aliados, las medidas coercitivas unilaterales a países de la región y el impacto de la guerra en Ucrania en los precios del petróleo y el gas. Recursos con importantes reservas ubicados en países latinoamericanos.
Se espera que una voz como la de Lula en la CELAC podría fortalecer también la unificación de la lucha contra el profundo deterioro ecológico que padece la Amazonía, descrito en el reciente informe de Naciones Unidas, en el que se alerta sobre los graves riesgos climáticos a los que se enfrenta nuestra región. Cómo legado ambiental Bolsonaro dejo la deforestación de la Amazonía en sus niveles más altos en 15 años, encontraste a la reducción en casi un 80% durante la presidencia de Lula da Silva según datos del proyecto Prodesa que monitorea el fenómeno por satélite. Las alianzas entre Bolsonaro y el sector de la ganadería vacuna trasnacional, ocasionó la deforestación de 34 mil kilómetros cuadrados de bosque tropical, una superficie superior a la de un país como Bélgica, en los primeros tres años de gestión.
El debilitamiento de la CELAC, ante posiciones de gobiernos neoliberales en la región, impidió posiciones más firmes en situaciones como el golpe de Estado en Bolivia y la compra conjunta de medicamentos y vacunas frente a la pandemia. Los nuevos modelos de integración han sido objeto de ataques por parte del gobierno de la Casa Blanca y espacios de interés para la Unión Europea, en su objetivo de incrementar su influencia como actor geopolítico en la región. Cómo afirma Borrell “un espacio como la CELAC junto la Unión Europea representaría casi un tercio de los votos en Naciones Unidas”. El reimpulso de la comunidad tiene grandes desafíos, más todo indica que a los esfuerzos que han venido realizando los gobiernos de México y Argentina, el retorno de liderazgos como el de Lula, podrían fortalecer vientos de cambio.
Por: Anahí Arizmendi