Crisis Trump – Petro: Se Refuerzan las Dinámicas de Subordinación

La reciente disputa diplomática entre Colombia y Estados Unidos pone en evidencia, una vez más, el trato desigual y deshumanizante que Washington impone a los países del sur global. Esta vez, la excusa es la política migratoria endurecida por Donald Trump, que en su regreso a la Casa Blanca no ha perdido tiempo en desplegar un programa de deportaciones masivas, disfrazado de medidas de «seguridad nacional». Pero ¿qué seguridad puede justificar tratar a los migrantes como delincuentes?

La negativa inicial del presidente colombiano Gustavo Petro a recibir aviones militares con deportados fue un acto de resistencia que dejó al descubierto una relación asimétrica entre ambos países. Sin embargo, el gobierno de Colombia cedió a las presiones de Washington, alcanzando un acuerdo que, aunque busca mitigar la crisis, también refuerza las dinámicas de subordinación.

El trasfondo de una «crisis diplomática»

El conflicto se desató cuando Petro rechazó que aviones militares estadounidenses deportaran colombianos en condiciones humillantes. Estas imágenes, difundidas por la Casa Blanca, mostraban a migrantes esposados y tratados como reos, lo que generó un rechazo inmediato. Petro respondió con una postura firme: “Un migrante no es un delincuente. Las deportaciones deben hacerse con dignidad”. Sin embargo, tras amenazas económicas, incluyendo aranceles de hasta el 50% sobre los productos colombianos, y restricciones migratorias contra funcionarios del gobierno colombiano, Colombia optó por un camino de conciliación.

Luis Gilberto Murillo, canciller colombiano, anunció el acuerdo alcanzado en un comunicado: “El Gobierno de Colombia informa que hemos superado el impasse con el Gobierno de los Estados Unidos. En este contexto, el canciller y el embajador Daniel García-Peña viajarán a Washington, D.C., para sostener reuniones de alto nivel que den seguimiento a los acuerdos”. Además, agregó que Colombia no protestará ante la llegada de indocumentados deportados desde Estados Unidos.

El compromiso va más allá de recibir a los deportados. Según Murillo, “el Gobierno de Colombia, bajo la directriz del presidente Gustavo Petro, tiene dispuesto el avión presidencial para facilitar el retorno de los connacionales que iban a llegar este domingo al país”. Esta medida simboliza una clara intención de evitar futuras tensiones, aunque plantea interrogantes sobre la soberanía y dignidad nacional.

La retórica de la «seguridad» como excusa imperialista

La narrativa de Trump, centrada en la «seguridad nacional», es un pretexto que sirve para criminalizar a los migrantes y justificar políticas inhumanas. Las deportaciones masivas y las imágenes de migrantes esposados son un mensaje claro: quienes desafíen las fronteras del imperio serán castigados. En este contexto, América Latina se convierte en el patio trasero donde Estados Unidos descarga las consecuencias de su política migratoria, sin importar los costos sociales o económicos para la región.

Un llamado a la soberanía regional

La postura inicial de Petro fue percibida como un acto de resistencia, pero la posterior aceptación de las condiciones impuestas por Trump refleja la presión que enfrentan los gobiernos de la región. Países como Brasil, liderado por Lula da Silva, han tomado una posición más crítica frente a estas deportaciones, denunciando el trato degradante hacia sus ciudadanos. Sin embargo, la falta de un frente regional unificado limita la capacidad de América Latina para responder a estas políticas coercitivas.

Este episodio no sorprende, pero indigna. La dignidad de nuestros pueblos no está en venta ni puede ser negociada por un puñado de acuerdos comerciales. Este conflicto es una oportunidad para reflexionar sobre el modelo de dependencia que seguimos perpetuando y la necesidad urgente de construir alternativas basadas en la justicia, la solidaridad y la soberanía.

La pregunta sigue abierta: ¿Cómo construir una política regional que no solo reaccione a las agresiones externas, sino que proponga un modelo alternativo donde la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos sean prioridad?

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