Como consecuencia de la crisis económica, la mayoría de los venezolanos están compartiendo una misma visión acerca de la economía del país y se están moviendo desde los extremos hacia una síntesis, un nuevo marco hegemónico muy influenciado por los postulados fundamentales del discurso bolivariano y chavista.
No sólo en Venezuela hay cambios sociales y culturales. Las protestas son globales, sacuden a todas las sociedades del planeta y cambian el signo de estos tiempos, de manera inevitable y profunda.
Las mayorías marchan en las calles reclamando igualdad de cara a la ley y equidad en términos económicos. También exigen inclusión, dignidad y participación, orden y eficiencia.
Frente a las tentativas de desideologizar el debate público durante la etapa de instauración del neoliberalismo, actualmente hay una vuelta al Estado, la Ideología y la Política.
Igualmente, los ciudadanos se enfrentan al neoliberalismo y plantean que el progreso no siga abriendo la brecha social cada vez más honda entre ricos y pobres, sino que el desarrollo además de económico debe ser también social y humano.
Más que una crisis económica, el mundo atraviesa por una crisis política, que va más allá de una crisis institucional. Es tiempo de negociaciones, acuerdos y transformaciones, para que un Estado fuerte pueda administrar eficientemente las contradicciones de una sociedad.
Pero también hace falta una transformación de las élites, presionadas y alimentadas por las movilizaciones sociales y el ascenso de gobiernos progresistas. Toda Revolución genera nuevas élites, necesarias para impulsar los cambios.
87% de los venezolanos está «DE ACUERDO» con que «lo mejor para Venezuela es un MODELO ECONÓMICO MIXTO, donde existan diversas formas de propiedad, donde existan empresas del Estado, empresas Privadas y empresas de Propiedad Social.
63% está «DE ACUERDO» con que «la economía de un país debe CONDUCIRLA el Estado y NO la empresa Privada»
81% está «DE ACUERDO» con que «el Estado debe establecer REGLAS ECONÓMICAS CLARAS por las cuales se guíe la empresa privada».
88% está «DE ACUERDO» con que «el Gobierno debe PROMOVER LA INVERSIÓN privada, nacional e internacional».
De la misma manera, la mayoría de los venezolanos considera necesario un mayor compromiso social por parte de las empresas privadas.
En Venezuela, la característica clave de este proceso es que los chavistas están aceptando que el Estado por sí solo no puede y los opositores están entendiendo que la empresa privada por sí sola no puede ni debe.
Tampoco es posible el desarrollo de las fuerzas productivas y el crecimiento sostenido de la economía sin una participación crucial del emprendimiento privado.
El socialismo se construye también con capitalistas.