La dimensión de las posibles “megaelecciones” para este año forma parte del debate político venezolano, planteado desde la Asamblea Nacional. Para el experto electoral y ex rector del Consejo Nacional Electoral, Humberto Castilllo, lo conveniente sería separar las elecciones de gobernadores y acaldes de las elecciones para las legislativas regionales y concejales. No obstante, afirma que el Poder Electoral debe estar a tono con el dialogo político nacional que en el marco del Poder Legislativo, ha ido aprobando instrumentos que facilitan un proceso electoral de varios poderes simultáneamente.
Evaluar lo técnico y lo político
La más reciente experiencia de una mega elección que incluyo varios poderes incluso la Presidencia de la República fue la del año 2000, que se organizó el 30 de julio para la definir la jefatura del Estado, elecciones regionales, municipales y parlamentarias. La propuesta de una megaelección para este año es, para Castillo, el resultado del dialogo político que se desarrolla en el país, lo que considera un elemento muy importante para la paz nacional.
En su opinión y en ese mismo espíritu, considera que deben evaluarse las alternativas técnicas que concreten ese dialogo en un proceso electoral eficiente, por lo que sostiene que lo ideal es separar las elecciones de gobernadores y alcaldes de una posible elección este año para las y los diputados a los Consejos Legislativos estadales y concejales y concejalas.

“Recientemente se dieron dos elementos importantes como parte del dialogo que se desarrolla en la Asamblea Nacional: la derogación de la Ley de Regularización de Periodos Constitucionales de Poderes Públicos, estadales y municipales, que permite reorganizar los procesos electorales y la interpelación de los ministros y ministras como parte de la colaboración entre los poderes. El CNE tiene que entrar en ese esquema de colaboración entre poderes. Si los factores políticos llegan a acuerdos para realizar procesos electorales simultáneos, el poder electoral debe evaluar todas la alternativas para llevarlos adelante”.
Para el 2000 participaron 32 mil candidatos y candidatas para optar a 6252 cargos públicos. Con base en su experiencia el experto electoral sostiene que desde el punto de vista técnico, las dificultades se incrementan en la medida que se incluye un mayor número de candidatos y candidatas a elegir. Para él no se trata solo de lo que implica el número de nombres, ajustes informáticos entre otros, sino que hay que garantizar que el proceso sea viable y fácil para el elector. Mucho más en el marco de la pandemia, donde se hace necesario acortar los tiempos de estadía en los centros electorales para evitar aglomeraciones.
A diferencia de otros países, incluso de la región, Venezuela cuenta con un sistema automatizado y confiable. Otros sistemas que hacen engorrosos los procesos para el elector, son aprovechados por la diatriba política para ensombrecer los procesos electorales. ”Ante la propuesta de una megaelección el CNE debe garantizar viabilidad técnica que se traduzca en el ejercicio del voto en el menor tiempo posible”.
La propuesta de una elección simultanea para este año, tiene como objetivo incentivar y motivar a la población a votar. El incremento de la participación electoral fortalece la legitimidad de un proceso que está siendo bombardeado por factores externos aliados al gobierno de Estados Unidos. Toda vez que la cultura electoral del venezolano ha vencido con votos la agenda de la violencia.
Castillo asegura que nuestra cultura política electoral ha fortalecido enormemente el desarrollo de la democracia.
“Los procesos electorales en Venezuela han sido un factor fundamental de garantía de paz, tranquilidad, seguridad y transparencia. En comparación con otros países, aquí la participación ciudadana es secreta y directa y los resultados se conocen el mismo día de la elección. No tenemos un sistema de segunda vuelta y se reconocen los resultados así sea por un voto”.
A su juicio hay dos cosas que han conducido a que el venezolano tenga una alta conciencia del poder de su voto como factor de participación para incidir en las políticas públicas; el peso emocional, psicológico, cognitivo, simbólico del voto como factor de poder para el ejercicio y concreción de las políticas y logros desde los poderes públicos para la mayora de la población y la otra la fortaleza del sistema electoral automatizado venezolano, que ha demostrado confiablidad, inviolabilidad y transparencia.
De ahí su reflexión en torno a todo aquello que pueda afectar la convicción del voto. Destaca que la simultaneidad de los procesos electorales, a pesar del manejo exitoso de las legislativas de Diciembre, obliga a analizar ciertas condiciones, como transporte, medidas de bioseguridad, tiempo de permanencia en los centros, posible incremento en el número de centros y mesas y elementos técnicos que puedan surgir ante una selección múltiple de candidatos y candidatas y un incremento de la afluencia de electores en tiempos de pandemia.
“El CNE ha acumulado una gran experiencia en el desarrollo de procesos electorales, con una articulación satisfactoria con el Plan República en lo concerniente a distribución de material electoral, maquinas, etc, y con una capacidad enorme para responder en situaciones de contingencia. En una elección simultánea de varios poderes, debemos sopesar las alternativas más eficientes que estén en concordancia con los resultados del dialogo nacional”
Anahí Arizmendi