Acuerdos de Barbados: Un camino empedrado

Tras los acuerdos en Barbados entre el Ejecutivo nacional y un sector de la oposición venezolana las expectativas en torno al levantamiento temporal de algunas medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela han tenido un impacto positivo y a la vez prudente en los actores políticos y económicos del país. Si bien Estados Unidos libero algunas licencias, la coletilla de seis meses y el tema de las inhabilitaciones mantienen cierta incertidumbre en el panorama.

Petróleo e inhabilitaciones

Inmediatamente después del anuncio de los acuerdos, en un comunicado del Departamento del Tesoro se anuncia la concesión de licencias para hacer transacciones por seis meses en el sector petrolero y gasífero, con la posibilidad de extender ese permiso si «el régimen de Maduro cumple sus compromisos en materia electoral y otros acuerdos sobre personas injustamente detenidas».

La licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos  es calificada por algunos analistas como el regreso al país de los mercados petroleros. La misma autoriza la compra en el mercado secundario de ciertos bonos soberanos, la deuda y acciones emitidas por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), así como transacciones financieras  siempre y cuando estén vinculadas a la producción y comercialización de petróleo y gas. También se «alivio» el mercado del oro venezolano al autorizar transacciones con la empresa estatal minera Minerven.

Sin embargo a pocas horas del comunicado el Secretario de Estado,  Antony Blinken, amenazo con que Estados Unidos «desmantelaría  el alivio  ofrecido» si para  noviembre  no se rehabilitan los candidatos presidenciales de la oposición y se procede a la liberación de estadounidenses y venezolanos detenidos. Lo que califica el acuerdo por ahora como una bocanada de aire.

Pero esta entrada de oxígeno podría repuntar la economía según firmas internacionales entre un 10 y un 15%, un aumento significativo al compararse con el 4,5% proyectado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para el cierre de este año.

La licencia de Chevron evidenció la importancia de estos salvavidas. A principios de este año, la máxima autoridad en la jerarquía corporativa de Chevron Michael Wirth, confirmó que la empresa estadounidense ya produce un promedio de  90.000 barriles diarios por día. Cabe destacar que según el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de junio, el país reporto una producción de 819.000 barriles diarios en mayo, al cumplirse seis meses de este «alivio».

El ejecutivo ha calificado las licencias como un camino correcto más no suficiente para la exigencia de Venezuela que es el levantamiento total de las sanciones. No obstante asume como positivo los acuerdos que permitirán a empresas como Halliburton, Schlumberg Limited, Baker Hughes Holdings LLC y Weatherford International realizar transacciones y actividades en el país.

Pero Estados Unidos no llega a la mesa a voluntad. En  realidad la mesa de diálogo es entre el ejecutivo y el gobierno de Biden. En el marco de su conocida política exterior de la zanahoria y el garrote, el fiasco del gobierno autoproclamado, la crisis presupuestaria interna  y el fracaso de su política contra la OPEP le obligó a algunos acuerdos.

Para bajar los precios del petróleo y controlar el mercado, Washington apostó una parte importante de sus reservas energéticas  en la guerra en Ucrania, hoy disminuidas  a 351 millones de barriles. Ahora con una posible escalada militar en el oriente medio, el valor del Brent y el West Texas se incrementó en casi 5 puntos. Lo anterior mantiene en tensión el mercado, ante la posibilidad de que el conflicto se extienda al Estrecho de Ormuz por donde pasa diariamente el 37% del transporte marítimo mundial de petróleo, por lo que el gobierno de Biden decidió voltear hacia Arabia Saudita y Venezuela. 

En este contexto, voceros de la Casa Blanca reinterpretan los acuerdos e insisten con el tema de las inhabilitaciones, ya    limitadas en el documento de Barbados que refrenda taxativamente la » promoción de todos los candidatos siempre y cuando cumplan con los requisitos».

Por otra parte, las primarias no hicieron sino avivar las contradicciones entre los sectores de oposición cuyos candidatos denunciaron irregularidades a todo lo largo del proceso, motivando la solicitud de una investigación ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Hasta que nivel llegará la presión de Estados Unidos  con las inhabilitaciones como excusa para suspender el levantamiento temporal de algunas sanciones está por verse. La producción petrolera mediante la técnica del fracking, está en declive y sin proyecciones positivas durante los próximos 10 años. A menos de 5 días  de navegación nuestro país  es una fuente de crudo confiable. Aunque el tema se mantiene en la narrativa política, la realidad económica marca la pauta.

Por: Anahí Arizmendi

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