El Gobierno ha tomado dos decisiones de importancia en el terreno económico: el control de algunos precios y la designación de un nuevo equipo para el área de hidrocarburos.
La decisión se realiza en el marco crítico que ha creado la convergencia del bloqueo financiero y petrolero, la caída de los precios del petróleo y la paralización mundial de actividades por el Covid-19, eventos que potencian de forma exponencial las condiciones preexistentes de deterioro del aparato productivo por mala gestión gubernamental.
Controles
La aceleración de la inflación tiene, por supuesto, explicaciones macroeconómicas relacionadas con la disminución del ingreso de divisas, restricciones de la oferta, el encarecimiento del trasporte y la especulación.
Pero también hay que observar en la inflación su significado social, en la medida en que refleja una carrera por la distribución de la riqueza que se produce, ya que cada sector quiere preservar su parte: para unos, el valor de sus dividendos; para otros, el valor de su salario. Las distorsiones macroeconómicas le dan un aire enloquecido a ese pulso, que en otras circunstancias se libraría con más serenidad.
Se explica que el asunto de los precios tenga alta relevancia para un gobierno como el actual, con grandes demandas de la base social, pero de no manejarse acertadamente el riesgo de que descarrile la economía y la atención de lo social es grande.
Apertura
Se ha informado que el cambio de los equipos de mando en el sector petrolero se corresponde al inicio de una reconversión de esa actividad, en el sentido de darle mayor presencia en ciertas áreas al sector privado, en la búsqueda de capitales y capacidades de gestión. La designación de Tarek El Aisami sería la expresión de la voluntad de avanzar en ese rumbo.
En los grupos de trabajo informales sobre esta materia, en los que han participado especialistas del Gobierno y a oposición, se ha llegado a importantes consensos sobre la materia.
Irán
Ahora bien, las modalidades de apertura que puedan tener lugar se realizarían en el marco de las sanciones. Esto significa que los capitales o procesos productivos provendrán del nuevo campo de interrelaciones geopolíticas y comerciales en que ahora se encuentra Venezuela, con las posibilidades y limitantes que se conocen.
La cooperación de Irán en el proyecto de reactivación de la refinería de Paraguaná y los convenios con empresas de México ilustran el tipo de soportes y asociaciones, al menos hasta el momento en que haya un cambio en la política estadounidense, quizás semejante al de Barack Obama con Cuba, lo que permitiría mayores lazos con el capital occidental.
Los empresarios venezolanos del área petrolera, dentro de sus posibilidades, también están atentos a su participación, y los grupos multinacionales sin duda actuarán en función de cambios que permitan su inserción, si se crea un marco de apertura y seguridad jurídica.