La recuperación económica postpandemia es un reto enorme para el mundo entero, lo es aún más para los países en desarrollo que han experimentado niveles de recesión de los que les es más difícil recuperarse, frente a las grandes potencias económicas del planeta.
«Hoy entra en vigor la mayor asignación de derechos especiales de giro (DEG) en la historia del FMI, equivalente a aproximadamente USD 650.000 millones. Esta asignación es una importante inyección de ánimo para el mundo, y si se utiliza con prudencia, una oportunidad única para combatir esta crisis sin precedentes», declaró la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva a finales de agosto.
Los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional significan una importante salida frente al panorama de contracción y recuperación postpandémica. El Salvador, Ecuador y Argentina están entre los países que recibirán acceso a estos fondos, México y Colombia ya fueron beneficiados por la medida; Venezuela por ahora no podrá recibir el dinero al que tiene derecho.
El analista económico, Luis Gavazut explicó que el organismo multilateral no pone ningún obstáculo que esté previsto en sus estatutos, «el problema es que existe un limbo pues su directorio ha dicho que no tiene claro cuáles son las autoridades de Venezuela. Eso es responsabilidad de la estrategia de Washington de generar un poder dual político en el país para desestabilizar, junto gobiernos acólitos que se han sumado a desconocer la autoridad legítima de la República».
Agregó que lo que ocurre actualmente, es parte del cerco económico contra el país, pero no imputable al FMI sino como consecuencia de ese cerco económico impulsado por Estados Unidos «con su enorme poder geopolítico».
¿Qué son los derechos de giro?
El banquero de inversión y analista internacional, José Gonzáles explicó son que son «derechos que le corresponden a todos los países miembros del Fondo en su calidad de accionistas del mismo y que, en el caso de Venezuela, son particularmente importantes pues el país es uno de los accionistas mas relevantes de la institución multilateral entre los considerados ‘pequeños’, con una participación del 0.78%, comparada a 0.67% de Argentina, 0.37% de Chile, 0.43% de Colombia y 0.38 de Peru. Así, de una alocación de US$650,000 millones en derechos de giro a Venezuela le corresponden US$5,070 millones, de una medida extraordinaria emprendida por el Fondo para asistir a los países miembros en el marco de la COVID. Ésta es la tercera vez que se alocan derechos de giro extraordinarios en la historia del fondo, habiendo sido la anterior la que hiciese en el 2009 durante la crisis hipotecaria. El problema con el desembolso en el caso de Venezuela y sus derechos es que no hay consenso entre los países miembros en cuanto a quién ‘gobierna’ Venezuela. En función del reconocimiento de los EEUU a la presidencia de Juan Guaido y su peso en el capital del FMI,17.43% del capital de la institución comparada a 6.4% de China, 5.59% de Alemania, 6.47% de Japon, 2.1% de Arabia Saudita y 4.23% de Inglaterra por ejemplo».
Gavazut complementa esta explicación y afirma que los Derechos Especiales de Giro son «una unidad de cuenta que vale como moneda internacional a efecto de Reservas Internacionales en el FMI, de los distintos países que son miembros. Se calcula el valor en función de una fórmula que aglutina a varias de las más sólidas y estables divisas libremente convertibles del mundo y eso representa fondo de cada uno de los países».
Reseña que cada miembro del FMI tiene un aporte para inscribirse, que pasa a las reservas del Fondo y que luego la institución utiliza para prestarlo a diferentes Estados de acuerdo a sus requerimientos. «Venezuela al ser miembro desde el principio, tiene allí depositado su aporte, expresado en Derechos Especiales de Giro, son reservas internacionales de la República que le dan derecho a solicitar financiamiento por parte del FMI, e incluso a retirar su cuota de aporte de reservas, en caso de que decida denunciar el tratado y retirarse, como en una ocasión lo planteó el presidente (Hugo) Chávez en la primera década de este siglo».
¿Hay soluciones?
Ambos expertos coinciden en que la vía para resolver éste, como tantos otros conflictos que existen en el país, es la mesa de diálogo que se desarrolla en México entre el gobierno venezolano y la Plataforma Unitaria de Venezuela que reúne a diversos sectores de oposición, y que de manera indirecta representa una instancia de negociación con EEUU.
«De los resultados de las negociaciones en México y de acuerdos que eliminen la doble administración y como consecuencia a las sanciones de los EEUU, dependerá que Venezuela acceda a lo que es un derecho de cada uno de los países miembros del Fondo», enfatizó Gonzáles.
«Estamos a la expectativa a ver si en función del diálogo en México, Washington flexibilice y diga que ya se puede reconocer a las autoridades legítimas del país y por lo tanto el Fondo pueda comenzar a hacer lo que por derecho y justicia le pertenece a la nación», concluyó Gavazut.
Jessica Sosa