En la carrera por la presidencia de Estados Unidos (EEUU), el panorama parece estar signado por tres elementos, los candidatos que componen la contienda, la gestión de Donald Trump ante la pandemia por coronavirus y el descontento del voto latino y afroamericano.
Aunque el sistema electoral del país norteamericano es uno de los más obsoletos de la humanidad, la contienda electoral genera en los ciudadanos una sensación de poder decidir el destino del país, que está entre dos hombres que se adversan en las formas, pero no en el fondo.
Hinterlaces.net te ofrece algunos datos que te permitirán realizar una lectura de lo que podría ser el resultado de las elecciones presidenciales, que se mantienen pautadas para el 3 de noviembre de este año, a pesar de que el país norteamericano es el foco de un mundo en plena pandemia.

Sobre los candidatos
El primero de los candidatos es Joe Biden, un hombre de 77 años que fue compañero de fórmula de Barack Obama en 2008 y 2012, su perfil orientado al «centrismo de derecha» atrae a sectores moderados e indecisos, típicos de las bases demócratas, pero que también cuenta con un voto duro afroamericano heredado de su vinculación con Obama.
Su mayor aval político es haber sido la sombra blanca de un presidente afroamericano (Barack Obama) que fungió de héroe de una población excluida, y que lo calificó como el “mejor que haya tenido el país, durante sus 8 años en la Casa Blanca”, por lo que se atribuye la implementación del llamado «Obamacare», además del paquete de estímulo económico y los cambios del sistema financiero impulsados por la administración Obama.
La imagen de Biden se vio afectada en 2019 por la denuncia de 4 mujeres que le acusaron de acoso sexual, acusaciones que admitió a través de un video personal en el que se excusaba diciendo que «las normas sociales están cambiando» y que «las fronteras de protección del espacio personal se han reiniciado» por lo que prometió ser «más cuidadoso con el espacio personal».

En contraparte, el actual presidente del país, Donald Trump, quien llegó al poder en medio de una campaña electoral igual de polémica que la actual, pero cuyos matices en el momento estaban constituidos por su discurso racial, homófobo, misógino y xenófobo que logró calar en buena parte de la sociedad estadounidense de espíritu supremacista.
Esa misma población que le eligió y confió en sus dotes de empresario eficiente, hoy le resiente el mal manejo de la crisis sanitaria y la no concreción de algunas de sus promesas, entre ellas la construcción de un muro en la frontera con México. Según analistas en el ámbito latinoamericano, Trump representa ese importante porcentaje de sectores conservadores que sueñan con librarse de afroamericanos y latinos.
Entre las estrategias de Trump contra su mayor oponente, acusó a Hunter Biden, (hijo del candidato opositor) de realizar negocios poco transparentes en Ucrania y China (razón por la que inició el año en medio de un impeachment), sin embargo, esto no ha bastado para desviar la atención de los ciudadanos de la mala gestión y que le ha hecho merecedor del título de » peor presidente de la historia de EEUU», según el historiador norteamericano Max Boot.
A este escenario se suma otro detalle: hasta el momento de la redacción de este trabajo, se registraban más de 50 mil muertes en EEUU por COVID-19. La excavación de fosas comunes convierten al país del sueño americano en la pesadilla de sus propios ciudadanos. En los datos oficiales no se contabilizan a los cientos de neoyorquinos que mueren en sus casas por no tener seguro médico.

Recortes marca Trump
Las decisiones políticas, diplomáticas y económicas de Trump se han caracterizado por la confrontación, el presidente se ha opuesto a todo cuanto puede, empezando por negarse a inyectar más fondos para la salud de los estadounidenses e implementar recortes que hoy están cobrándole un buen costo ante la crisis sanitaria sin precedentes que enfrenta el país.
Sobre ello David Frum, ex asesor de George W. Bush, comentó al diario The Atlantic que, aunque «la pandemia no es culpa de Trump, la falta de preparación de Estados Unidos sí (…) Hay otros culpables, pero la responsabilidad es de Trump. Podría haberlo parado (el virus) a tiempo y no lo hizo».
A la terrible situación que viven los estadounidenses a nivel sanitario por los recortes «marca Trump», se suma la alza en el desempleo que ya llega a una increíble cifra de 26 millones, hecho que es calificado por Scott Anderson, director económico del Bank of West en San Francisco como una «hemorragia laboral a un ritmo y una escala nunca vistos» y que sólo es comparable con un «desastre natural a escala nacional”.

Sobre las encuestas
A pesar de la fotografía actual que define al país, las encuestas que evalúan la gestión de Donald Trump, entre ellas la encuestadora Gallup, publicada por CNN, atribuyen 54% de desaprobación general y 43% de aprobación, seis puntos menos que la anterior encuesta del 14 de abril.
En otras ocho encuestas recopiladas por el sitio Real Clear Politics, Trump perdería contra el candidato demócrata y sólo empata con él en el sondeo publicado por la cadena de noticias conservadora Fox News.
En este país, en el que se propone que las elecciones se realicen vía correo electrónico, el candidato que enfrenta a Trump, es un político que hace el tercer intento por llegar al despacho oval. Este escenario deja pocas opciones a los estadounidenses que sufren la peor crisis de la historia contemporánea.
Emily Caro