Desde el viernes 1 de mayo en la noche, el Gobierno venezolano esperaba. «Han prendido los motores, se dividieron en dos grupos», le avisó alguna fuente de inteligencia a las autoridades nacionales respecto a la salida desde Colombia de dos embarcaciones que atracarían en la costa venezolana. En la madrugada del domingo, todo estaba dispuesto para esperar a los mercenarios y como era lógico, la operación fue frustrada.
Después de Macuto, ocurrió la captura de 8 hombres armados en Chuao, estado Aragua. Ambas incursiones, tenían garantizados aspectos logísticos a su llegada a tierra firme, como traslados y personas que colaborarían con el objetivo. Debían atacar la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y el Palacio de Miraflores.
Luego del hecho principal en Macuto las noticias han corrido vertiginosamente, sin embargo, resalta de fondo el mecanismo: la contratación de mercenarios que hacen la guerra y cumplen con objetivos en menor escala, mientras el financista principal mantiene la imagen limpia ante la opinión pública. El financista en este caso, según las denuncias, es el gobierno de Estados Unidos, que además impulsa otras acciones de cerco económico y financiero, así como de asedio geopolítico contra la nación.
Se trata de la privatización de la guerra, dijo el presidente Nicolás Maduro, quien indicó durante una alocución este lunes 4 de mayo, que el Gobierno de Estados Unidos delegó en la DEA la operación contra Venezuela y ésta a su vez, coordinó con los carteles de la Alta Guajira colombiana y venezolana para obtener financiamiento y logística de armas. Además, la DEA contactó a Silvercorp para ejecutar el entrenamiento de los mercenarios. El contrato con Silvercorp, está firmado por el diputado Juan Guaidó.
Laila Tajeldine, abogada y analista internacional, explicó a Hinterlaces.net que ésta es una política que viene ejecutando Estados Unidos desde hace mucho tiempo, desde la constitución formal de empresas privadas que no solo les permiten limpiar su imagen, exculpándose de cualquier violación de derechos humanos, sino que además, les evita costos políticos y económicos en la obtención de sus objetivos geopolíticos.
Narró que este recurso ha sido utilizado ampliamente, los casos más emblemáticos son Libia, Siria, Irak y Afganistán.
Antecedentes
Playa Girón, en Cuba es uno de los antecedentes respecto al tema. El entonces presidente estadounidense, Dwight D. Eisenhower ordenó reclutar mercenarios de origen cubano, a quienes se les pagaría la suma de 225 dólares mensuales. Para el entrenamiento de los mercenarios reclutados, se establecieron 13 campamentos en Centroamérica: Guatemala, Nicaragua y las bases militares estadounidenses en Puerto Rico.
El 17 de abril de 1961, unos 1200 hombres armados desembarcaron en Bahía de Cochinos, al centro de la isla de Cuba. No contaron con el apoyo aéreo prometido por Estados Unidos y dos días después, habían sido derrotados por un gran contingente de milicianos voluntarios y las tropas cubanas.
Luego en 1981, Ronald Reagan autorizó financiamiento a la CIA por 19.5 millones de dólares para armar un contingente de hombres que emprendiera acciones contra el gobierno sandinista en Nicaragua. Estos mercenarios habían integrado la Guardia Nacional de la depuesta dictadura de Anastasio Somoza y fueron entrenados en Honduras. se les conoce como Los Contra, diminutivo de contrarrevolucionarios, también denominados Resistencia Nicaragüense.
Un antecedente importante es Irak en 2003, pues es cuando la empresa Blackwater institucionaliza este tipo de prácticas. Fue creada en 1997 para entrenar a soldados estadounidenses, pero luego se estrena como empresa privada al servicio de la guerra en Irak y Afganistán.
Erik Prince, fundador de la empresa detalló el objetivo, «Estamos intentando hacer por el aparato nacional de seguridad lo que FedEx hizo por el Servicio Postal». Detenciones extrajudiciales, torturas, asesinato de civiles y otras prácticas figuran en el currículo de Blackwater, sin que sean asignadas directamente al Gobierno estadounidense, aunque sirvan a sus intereses. Como Blackwater, Silvercorp, empresa que entrenó los mercenarios que incursionaron en Venezuela, forman parte de un mecanismo que ya tiene un buen tiempo ejecutando acciones de lesa humanidad y violatorias del derecho internacional, sin que implique la responsabilidad directa de EEUU.
Los implicados y sus conexiones
La mayoría de los detenidos hasta el momento, son desertores de los cuerpos de seguridad de Venezuela, entrenados en Colombia. Acá el perfil de algunos de ellos:
Antonio Sequea Torres: Ex oficial de la Guardia Nacional Bolivariana, con rango de capitán destacado en el Sebin, hasta el momento en que participó en el intento de golpe de Estado del 30 de abril de 2019 y participó en la fuga de Leopoldo López de su arresto domiciliario. Sequea Torres fue capturado en Chuao, estado Aragua, este lunes 4 de mayo, junto con otros 7 mercenarios armados en otra incursión armada. Según un video publicado recientemente en redes sociales, en el que anunció la denominada «operación Gedeón» para derrocar al presidente Nicolás Maduro, Sequea Torres es el comandante de la acción terrorista.
El ex funcionario tenía orden de aprehensión por los delitos de traición a la patria, tráfico ilícito de armas de guerra, intento de magnicidio y asociación para delinquir.
Josnars Adolfo Baduel: Estaba prófugo de la justicia por participar en atentados terroristas contra el país en 2018 y 2019. Es hijo del general Raúl Baduel y es uno de los detenidos en Chuao. Tras su captura, manifestó que en el grupo incursor se encontraban dos estadounidenses de la seguridad personal del Presidente de Estados Unidos.
Víctor Alejandro Pimienta: Tenía rango de capitán. Fue detenido en Chuao y es señalado por haber ejecutado el manejo de la logística para la operación terrorista; sostuvo los vínculos con el narcotráfico para el financiamiento.
Robert Colina: Oficial desertor, fue abatido durante la incursión en Macuto, estado La Guaira. Lideró el grupo paramilitar al que se le incautó un contingente de armas en Ríohacha, Colombia, con el que emprenderían un asalto armado en Venezuela. Era uno de los hombres de confianza de Clíver Alcalá Cordones. dirigió uno de los campamentos de entrenamiento de mercenarios.
Luke Denman y Aaron Barry: Dos veteranos de las Fuerzas Especiales estadounidenses, forman parte del grupo de mercenarios capturados en Chuao. Josnars Baduel afirmó que ambos son parte de la seguridad personal del presidente estadounidense Donald Trump.
Jordan Goudreau: Aunque no es uno de los detenidos por la operación de mercenarios en Venezuela, es una pieza clave para comprender el panorama completo. Goudreau, veterano de guerra estadounidense, es el propietario de la empresa Silvercorp, que ha brindado asesoría a su país respecto a las invasiones de Irak y Afganistán.
Goudreau fue contactado por la DEA y según su propio testimonio, firmó un contrato con el diputado Juan Guaidó para realizar una intervención militar en el país, pero el parlamentario no cumplió con los pagos. Sin embargo la contratista efectivamente entrenó mercenarios en Colombia, con la anuencia del Gobierno colombiano, según denunciaron las autoridades venezolanas. Los dos estadounidenses capturados, son integrantes de la contratista de la guerra.
La guerra de todo el pueblo
La imagen de un pescador que hace frente al grupo de mercenarios en Chuao circula por todas las redes sociales. Un hombre descalzo y con una especie de arma casera fue parte fundamental en la captura del grupo irregular.
La noche de este lunes, el presidente Nicolás Maduro reiteró que en caso de una agresión militar contra Venezuela, el esquema a adoptar para hacerle frente es «la guerra de todo el pueblo», doctrina militar que implica la participación del pueblo en la defensa del territorio y la soberanía y que dio la victoria a Cuba en Playa Girón y a los vietnamitas contra Estados Unidos.
Maduro señaló que hasta la fecha han sido capturados 13 terroristas y las autoridades están tras la pista de otros, por lo que la alerta en el país continúa activa.
Jessica Sosa