Nunca como ahora hubo tantos consensos y acuerdos en la sociedad venezolana con relación al modelo económico y social que más le conviene al país.
La mayoría aprueba una economía mixta y diversificada, post-rentista, con mercado, con la participación fundamental del Estado, el poder popular y el capital privado. También la mayoría respalda el modelo de inclusión social, con igualdad y justicia.
Los venezolanos comparten hoy una misma visión acerca de la economía y la sociedad, abandonando los extremos y moviéndose hacia una síntesis o mezcla entre el socialismo y el capitalismo, o socialismo productivo, como describen el modelo ideal los sectores populares.
De la misma manera, desde los más humildes venezolanos hasta los grandes empresarios, la mayoría está consciente de la necesidad de preservar la paz y la estabilidad social y política, los programas sociales, el protagonismo popular, la seguridad ciudadana, así como los innegables avances económicos como la reducción de la inflación, la estabilidad cambiaria, el pleno abastecimiento de alimentos y productos, y el sostenido incremento de la producción petrolera.
La mayoría no quiere volver a las crueles épocas de terrorismo y confrontación política. No quiere el regreso de las guarimbas, el desorden y el caos que tanto daño le hizo al país. Tampoco olvidan el desprecio de las élites más conservadoras contra los pobres ni el autoritarismo social.
La mayoría rechaza el regreso de los responsables de las tentativas insurreccionales, las salidas violentas y las medidas coercitivas contra nuestra economía y nuestro bienestar. El próximo 28 de Julio, los venezolanos decidirán entre la violencia y la paz, entre el caos y la estabilidad, entre el odio y el amor, entre la vida y la muerte, entre volver atrás y la certeza de un mejor futuro.