RE-DIGITALIZAR LA CERCANÍA

Las redes sociales se han convertido en un implacable campo de batalla para conquistar la atención prolongada de los ciudadanos, donde las nuevas armas son la información y las emociones.

Se habla de la era de la posverdad o de la era posfactual cuando los hechos objetivos influyen menos en la opinión pública que las creencias personales y la emocionalidad. Pensamos lo que sentimos.

Los hechos alternativos o las verdades emotivas sustituyen a la realidad. La verdad es cada vez más emocional. Las emociones permanecen más tiempo en la memoria. Las cosas no las vemos como son sino las vemos como somos.

Vivimos atrapados en un huracán de contenidos que apelan principalmente a la sorpresa, la espectacularidad y el amarillismo, pero también al odio, la agresión y el miedo.

Cada vez más nuestros pensamientos son menos profundos, tenemos dificultad para concentrarnos, una información desplaza a otra en segundos, no hay tiempo para reflexionar. Recordamos menos. Vivimos distraídos.

La velocidad de los mensajes nos convierte en personas impacientes, ávidas de estímulos constantes e instantáneos, sin capacidad para dialogar.

Las redes sociales se han convertido en el medio de comunicación (o incomunicación) dominante. El reto está en cómo usar esa extraordinaria tecnología con fines humanistas.

Para lograrlo, debemos pensar en re-digitalizar la cercanía y el encuentro, orientar la reflexión y el compromiso. Construir una nueva emocionalidad y una estética diferente. Influir sobre los estados de ánimo y el sentido común.

En un mundo hiper-digitalizado, lo más disruptivo será lo humano.

Articulos Relacionados