EEUU recicla a Luis Almagro en la OEA

Aunque el mundo está convulso por las medidas que empiezan a tomarse debido a la pandemia, una de las citas que no se canceló fue la de la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se realizaría la elección de su secretario general. El evento se desarrolló con total normalidad en el edificio con sede en Washington, a pesar de que 13 de los países que son miembros activos, solicitaron aplazarlo.

La carrera por el cargo inició con tres candidatos, sin embargo, sólo dos quedaron en la contienda: el uruguayo Luis Almagro que buscaba la reelección y la diplomática ecuatoriana, María Fernanda Espinosa. A pocas horas del resultado obtenido que favoreció al primero, Hiterlaces.net conversó con Sergio Rodríguez Gelfenstein, analista internacional y doctor en Estudios Políticos, para consultarle sobre el impacto que supone la reelección de Almagro en este organismo.

OEA: ¿elecciones o ejercicio circense?

En una sola frase Sergio Rodríguez define lo que para él significó el evento: “la elección de la OEA la decidió la Casa Blanca. Lo otro es un mero ejercicio circense”. Para el analista internacional, conocer el origen de estas instituciones regionales es vital para entenderlas y en el caso de la OEA, el organismo es una consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, en sus propias palabras “es el órgano político de Estados Unidos (EEUU) que responde a una lógica de Guerra Fría”, después de la cual, la OEA se adapta a los nuevos conflictos entre los modelos políticos para seguir tributando a quiénes la crearon.

“La OEA es un instrumento de EEUU, hay que verlo de esa manera, no se puede ver de otra manera, es un instrumento hegemónico y en esa medida aplica la política de EEUU para derrocar gobiernos, dar golpes de Estado, avalar fraudes electorales, entonces para América Latina es la continuidad de lo que ha ocurrido desde 1948 cuando se formó ese engendro”, para él no es más que la expresión del monroísmo y de la doctrina de EEUU.

Sanciones con o sin Almagro

Rodríguez advierte que la noticia de la extensión de Almagro en su cargo es “totalmente intrascendente” para los pueblos latinoamericanos y garantiza que EEUU pueda seguir aplicando sus políticas de control en la región, “si la política de EEUU es aplicar sanciones la OEA lo va a avalar por una vía u otra sin importar quién sea el secretario general”, lo que significaría la continuidad de las sanciones contra países como Venezuela y Cuba.

“Desde la OEA se mantendrán las agresiones contra todos aquellos países que pretendan ser independiente y estar al margen de la hegemonía de EEUU (…) es como un ministerio de EEUU y en esa medida cumplen órdenes, en este caso la orden era que Almagro se reeligiera y por eso la mayoría de los países votaron”, reitera el también profesor universitario.

Sobre los métodos para la elección, señala que es tradicional que quienes se opongan reciban amenazas y “chantajes de todo tipo, frente a los cuales algunos se mantuvieron firmes, principalmente México, Argentina, pero muchos países pequeños no resisten. El que está dentro de la OEA tiene que saber que no tiene otra opción, desde el momento que está ahí avala las políticas de EEUU y tiene que atenerse a las consecuencias de lo que haga o no haga”.

El camino corto para dar golpes

Con 23 votos a favor Almagro garantiza la continuidad de las sanciones estadounidense así como “una política de intervención y subordinación de algunos gobiernos como el de Iván Duque, Sebastián Piñera, Jair Bolsonaro. No se me ocurre que cosa pueda hacer diferente a lo que ya ha hecho y normalmente hace. No creo que sea la OEA un articulador de políticas en la región”.

El mandato de Almagro como secretario general de la OEA ha marcado una época en la que varias democracias fueron golpeadas, aunque las denuncias se hicieron y el ente fue señalado por gobiernos como el del ex-presidente Evo morales, la ex-presidenta Dilma Rousseff y el presidente Nicolás Maduro, el uruguayo logró renovar su licencia injerencista.

“Es una instancia generada para destruir, para aplicar la política de EEUU cuando no puede ser aplicada a través de las instituciones normales como el departamento de Estado y la CIA, cuando esos instrumentos no sirven entonces la OEA entra a jugar su papel”, que en nada está relacionado con políticas de integración en la región.

Ante el reordenamiento político que está sufriendo la región y el mundo, las instituciones políticas tienen el desafío de adaptarse a las nuevas dinámicas que supone esta era signada por conflictos de cuarta generación; y la región, que ya estaba movilizada por las desigualdades productos de políticas neoliberales, enfrenta el reto de hacer frente a organismos obsoletos, y que en nada responden a las necesidades una década que inició con guerras comerciales acentuadas con pandemia.

Emily Caro

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