La pandemia rebrota las desigualdades en América Latina

Según un informe del Programa de Naciones Unidas publicado en diciembre de 2019, El 10% más rico en América Latina concentra 37% de los ingresos, mientras el 40% más pobre recibe solo 13%. Las poblaciones indígenas y afrodescendientes tienen mayores probabilidades de ser pobres o de acceder a un empleo formal. Por estas razones, la región continúa descrita como la más desigual del planeta.

En medio de ese contexto, en junio de 2020 Latinoamérica acaba de convertirse en epicentro de la pandemia por COVID-19, lo cual atiza las contradicciones. El gigante del sur, Brasil, lidera la cantidad de contagios con 742.084 casos y 38.497 fallecidos.

En la actualidad, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 215 millones de personas están hoy por debajo de la línea de pobreza, es decir, 34,7% de la población, mientras 83,4 millones de latinoamericanos están en situación de pobreza extrema.

Recientemente el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, publicó otros datos que reflejan «la profundización de las brechas entre los sectores populares y las clases medias-altas de la población», a partir de siete ejes de análisis, que desglosamos a continuación:

  • Empleo informal y cero ingresos: En la región, 140 millones de personas son trabajadores independientes o informales, es decir, que dependen de lo que producen día a día. Esto representa alrededor del 50% de la masa laboral. «Entre los hogares dependientes de la economía informal, los primeros dos meses de aislamiento social obligatorio significaron en muchos casos la reducción de su flujo de ingresos a cero«, reza el informe de Celag. Citan como ejemplo el caso de Perú, donde una encuesta difundida el pasado 6 de mayo, «reveló que entre febrero y abril los ingresos de los trabajadores peruanos se redujeron en un 48%, pues se pasó que en promedio ganen S/ 1.733 a S/ 909. La incidencia de esta situación fue aún mayor en los niveles socio-económicos bajos (D/E), donde se encuentran principalmente los trabajadores informales, ya que la reducción fue del 58% al pasar de percibir en promedio S/ 1.017 en febrero, mes previo al confinamiento obligatorio, a sólo S/ 425 en el mes de abril.
  • Deudas familiares: Celag refiere que «el nivel de endeudamiento de las familias latinoamericanas más vulnerables ha crecido al compás de la merma en los ingresos que genera la extensión de las medidas de confinamiento social por razones sanitarias». Respecto a este tema, citan la situación de Argentina, donde «la deuda total de las familias alcanzó al 22 de mayo los $1.821.704 millones, afectando a 12,1 millones de hogares, lo cual equivale al 87,7% de los hogares del país».
  • Brechas digitales: En América Latina, solo 4 de cada 10 hogares cuentan con una conexión de banda ancha fija y los accesos individuales a Internet móvil no superan el 50%. Esta situación exacerba las brechas digitales que existen al momento de hacer frente a las cuarentenas que impuso la pandemia y la necesidad de realizar labores a través del teletrabajo.
  • Educación a distancia: «En cuanto al acceso a Internet en el nivel primario y secundario de la educación, la CEPAL sostiene que alcanza al 56% y el 81% del total de estudiantes, respectivamente. Esto devela que casi la mitad de los niños de la región no puede acceder a la educación a distancia y un 19% de los adolescentes tampoco», sostiene Celag. Como ejemplo resalta los datos oficiales de Bolivia, donde solo 16% de los 3,3 millones de hogares del país, tiene conexión a Internet fija. El 90% de las conexiones a Internet se efectúa a través de teléfonos móviles, lo cual dificulta la realización de tareas a distancia.
  • Viviendas poco aptas para el aislamiento: Celag refiere que la Organización Mundial de la Salud atribuye importantes riesgos para la salud, a las precarias condiciones de habitabilidad. Según sus datos, 45% de la población en América Latina, es decir, 55 millones de hogares, están en condiciones de precariedad habitacional.
  • Falta de agua: Solo 65% de la población de América Latina y el Caribe tiene acceso al agua potable. A pesar de disponer del 31 por ciento de las fuentes de agua dulce en el mundo, en la región existen 13 millones de habitantes urbanos sin acceso a fuentes mejoradas de agua y casi 61 millones sin instalaciones mejoradas de saneamiento. Esta situación dificulta la implementación de las medidas de higiene recomendadas por la Organización Mundial de la salud, como el lavado frecuente y prolongado de las manos. Sobre este tema, Celag cita datos de Colombia, donde «la cobertura de acceso al agua potable en el área urbana a nivel nacional alcanza al 87,5%, mientras que en la zona rural es de apenas el 34,9%».
  • Trabajo doméstico redoblado para mujeres: En Chile, Según el estudio “Claves 2020” de la encuestadora Ipsos, «las mujeres se ocupan en mayor medida del trabajo doméstico: cocina (56% contra 30% de los varones), tareas de limpieza (53% versus 27%), lavado de ropa (53% contra 22%) y cuidado de los hijos (51% versus 18%). A esto se suma una mayor preocupación por la suma de responsabilidades y la grave situación sanitaria. Un 31% aseguró sentirse agobiada por la cantidad de tareas que debe realizar en la casa, contra el 17% de los varones que tiene este problema.
  • Afrodescendientes e indígenas, los más vulnerables: «El último censo del año 2010 estimó que vivían en América Latina y el Caribe cerca de 45 millones de habitantes pertenecientes a los pueblos indígenas, lo que representa el 8,3% de la población total. Al mismo tiempo, constituyen aproximadamente el 14% de los pobres y el 17% de los indigentes en la región. Además, viven por estas tierras unas 200 millones de personas afrodescendientes, que sufren en igual medida graves desigualdades en el acceso a la educación, el empleo, la vivienda y la salud». En el informe destaca el caso de Brasil, donde un estudio de la Universidad de Cambridge reveló que «ser negro es el segundo factor de riesgo más importante después de la edad”, en el contexto de la pandemia.

En medio de estas condiciones de desigualdad y riesgos, en Latinoamérica comienzan a darse jornadas de flexibilización del aislamiento, pero los contagios mantienen su ritmo. Brasil a la cabeza, seguido por Perú, Ecuador, Chile y Colombia continúan sin poder controlar sus curvas de contagio mientras la Organización Panamericana de la Salud proyecta para Centroamérica una aceleración en el Salvador y Guatemala.

El mundo postpandemia comienza a erigirse en América Latina con la profundización de las desigualdades, que según el economista, premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, han sido generadas por el pasado colonial que despojó de sus recursos y territorio a la región. La forma en que los Estados enfrenten las consecuencias del virus, será definitorio del modelo político, social y económico del futuro latinoamericano.

Jessica Sosa

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