Medidas gubernamentales frente a la pandemia: su impacto, riesgos y amenazas

Las medidas tomadas por el Gobierno Venezolano ante la llegada del COVID-19 al país han sido adecuadas en el ámbito técnico de la salud; no solo porque se tomaron a tiempo, sino porque este hecho ha permitido aplanar la curva de contagio.

Destacan entre las acciones tomadas, la encuesta masiva (en el sistema Patria), que ha resultado efectiva e importante desde un enfoque de atención poblacional, porque permite rastrear a los posibles asintomáticos evitando la propagación. De igual forma, la cuarentena social, consciente y voluntaria ha sido provechosa en tanto que ha disminuido la velocidad de la cadena de transmisión.

Sin embargo, es importante destacar que en Venezuela actualmente estamos en el inicio de la curva del COVID-19. Epidemiólogos estiman que alcancemos un pico de contagio la primera semana de mayo. Por tanto, será un momento fundamental para la cuarentena. Su acatamiento por parte de los venezolanos está influida por varios factores: en un país donde más de la mitad de la población depende de ingresos propios, la situación de la caída de los precios internacionales del petróleo, junto a la crisis del suministro nacional de gasolina complejiza la continuidad de las políticas de asistencia social que desarrolla el Gobierno.

En este escenario, el Gobierno Nacional se encuentra frente al reto de garantizar las condiciones que minimicen la posibilidad de un aumento de casos, ya que un brote exponencial de contagiados pudiera decantar en el colapso del sistema de salud público que ya antes de la Pandemia contaba con serias deficiencias. Es de apuntar que durante los más de 40 días que lleva el país en cuarentena, se han dedicado gran cantidad de recursos provenientes de las ayudas internacionales a fortalecer la infraestructura sanitaria del país, de cara a los posibles escenarios de la pandemia.

La concentración de esfuerzos del Gobierno Nacional en torno al control efectivo del COVID-19 y la comunicación permanente sobre los avances en la materia, contrasta con la poca información disponible sobre cómo se están gestionando las necesidades del resto de la población que requiere asistencia médica en el país por otras patologías, no asociadas al virus.

La hiperinflación no guarda cuarentena

Los altos precios de los productos básicos y la posibilidad de un progresivo desabastecimiento, de cara a las medidas de regulación de precios, junto a las dificultades de importación, no permite descartar un escenario en el que las personas, prioricen su necesidad de alimentación por encima del miedo a contagiarse del virus, desacaten las medidas que indican que deben permanecer en sus hogares, con los riesgos para la salud personal y colectiva que esto representa.

En la capacidad y habilidad del Gobierno bolivariano para garantizar el mantenimiento y la regularidad de los sistemas de protección social, con las serias restricciones que le imponen las medidas coercitivas, unilaterales estadounidenses y las condiciones previas a la llegada del virus así como con los permanentes escarceos de una oposición que no descansa en sus intentos de provocar un cambio político en medio de la crisis, reposa la posibilidad de que el país siga siendo ejemplo en la región en el control de la Pandemia, así como la garantía de paz social y gobernabilidad.

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